Kirishima Eijiro x Lectora [BnHA] (One Shot)

[Parte Dos]

El gruñido que soltaste provocó que la pequeña bola de pelos que dormía junto a tí se despertara, acariciarste su cabecita sin desviar la vista de la laptop. Ese maldito aparato contenía los aún más malditos archivos que debías leer para escribir tu próximo reporte, el hecho de que se tratara de un tema tan irrelevante como la historia de un héroe aleatorio al que la revista para la que trabajabas quería hacerle un especial, te hacía desear botar todo y quedarte durmiendo en compañía del gatito color café que descansaba a tu lado, le envidiabas tanto, comer, cagar, dormir y descargar la energía adquirida en el día asustando a tu dueña por la noche mientras correteabas de un lado a otro, eso sí era vida, no leer acerca de un sujeto que no podía resultarte más irrelevante.

Un par de segundos bastaron para decidir que no querías seguir allí, que estar en tu cama leyendo no era lo que deseabas, que tenías ganas de estirar las piernas y distraerte un poco, después de todo, el aire fresco siempre enfriaba tu cabeza. Definitivamente, después de una caminata por la cuidad, volverías con las energías necesarias para seguir recolectando información sobre aquel aburrido hombre.

En cuestión de minutos ya estabas bajando las escaleras hacia la salida del viejo edificio en el que vivías. La calle estaba bastante llena de gente, después de todo, era una zona popular por la cantidad de plazas y vendedores de todo tipo que allí se en encontraban.
Caminar sin rumbo, imaginando el tipo de vida que llevarían las personas que pasaban junto a tí, inventando hisotoras, cada una más alocada que la anterior, era religioso. Llegaste a tu plaza favorita, había mucha vegetación, árboles, flores de todos colores, gente vendiendo artesanías y murales pintados a mano, repletos de detalles, la vida que irradiaba siempre lograba conmoverte e inspirarte a más no poder.

Te paraste frente a una mesita de madera hecha a mano repleta de pulseras de todos los tipos, algunas más gruesas que otras, con más o menos colores. No te resististe y compraste una color rojo, era simple, pero la forma en la que habían tejido los hilos te resultó demasiado bonita.

Te abriste paso entre la multitud por calles más angostas, hasta llegar a una zona no tan transitada. Entonces ocurrió eso con lo que habías soñado tantas veces, no de la forma en la que te lo esperabas, pero ocurrió.

Tu corazón se aceleró y tu cuerpo dejó de responder, tales cosas como el impulso de correr, ya fuera hacia él o en sentido contrario, no existían. El ruido a tu alrededor fue disminuyendo gradualmente, no escuchabas conversaciones ni música proviniente de los locales, no escuchabas absolutamente nada, sólo observabas. Le observabas a él, su mirada curiosa en busca de algo para hacer, la forma en la que sus labios se movían para hablar con los otros dos héroes que caminaban junto a él, el hecho de que su cabello había crecido un poco, el corte en su ceja, todo era como lo recordabas.

No lo entendías, no entendías el porqué de esos sentimientos que creías habían quedado enterrados a la semana de su primera y única interacción, pero sin embargo ahí estaban, haciéndote perder la noción del tiempo, pensando en la loca idea de acercarte a hablarle, ¿Qué se suponía que debías decir? "¡Hola, probablemente no me recuerdes, pero soy la chica a la que hace cosa de un mes salvaste de morir aplastada! Y nada... ¿Te apetece salir conmigo?" Obvio no.

Delirar, viajar de una idea a otra en tu mente hasta que se alejara, hasta que se perdiera entre las múltiples callecitas de ese barrio y recién ahí poder moverte y correr a casa para estar otra semana enganchada a sus expresiones y lo bien que lucía su traje de héroe, ese era un muy buen plan, pero él tenía que joderlo notando que estabas ahí.

Alzó la mano en tu dirección a modo de saludo, y no pudiste evitar voltear y ver si había alguien más, pero no, te estaba saludando a tí. Intercambiar un par de palabras con sus compañeros bastó para tenerle trotando con una enorme sonrisa hacia tí y los otros dos retomaran su camino.