Capitulo 26

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Sentí manos al rededor de mi cuello, pero en realidad no eran manos, era una especie de fuerza invisible. Lilith apuntaba con sus largas uñas de color violeta hacia mi cuello, una parte de el ya estaba empezando a enrojecer al igual que mi rostro que luego de unos segundo se torno azul

Me soltó y caí a la nieve, Natasha me ayudo  ponerme en pie

-Por fin estamos cara a cara pequeña -vocifera Lilith hacia mi

-Lo mismo digo -me mantengo de pie frente a ella mirando a sus ojos fija y valientemente 

-Ahora solo quedamos los mejores guerreros -se carcajea Abaddom- Terminemos con esto de una vez

Todos empuñamos nuestras espadas, menos Lilith, quien desenrollo su látigo flameante

-Pequeña tu pelearas conmigo -Lilith tenia en su cara un mirada inocente y luego señalo a los demás- Ustedes no interfieran, si no quieren que su amigos mortales no mueran

Unos demonios traía una jaula a rastras en la que se encontraban Sebastian, Sharon, Christian y Alan, trate de llegar hasta ellos pero Alec me sujeto fuertemente

-Si vas -susurro en mi oído- Los mataran 

Me soltó y me quede estática en mi lugar sin saber que podía hacer para salvarlos

-Si quieres llegar hasta ellos -se dirigió hacia mi Abaddom- Tendrás que matarnos

-¿Que es lo que quieren? -pregunté desesperada- ¿Que puede ser tan importante para ustedes como para hacer todo esto?

-Tus alas Isabelle -respondió Abaddom- Al principio queríamos las alas de Isaac, pero luego sentamos cabeza y nos dimos cuenta que sus alas no son la clave, son las tuyas

-¿La clave de que? 

-De todo -sus ojos brillaron- La clave para la liberación del mal, la muerte y la vida, la mortalidad, la inmortalidad, y un centenar de cosas más

-¿Y como saben que hará eso? -esta impresionada- Ni siquiera han salido 

-Alguien leyó el futuro y vio tus alas -informa Lilith

-Mucho hablar y nada de acción -se queja unos de los ángeles rebeldes

Con un movimiento de muñeca el látigo de Lilith decapitó al ángel, el cual cayó al suelo, y a la hacerlo, su cabeza rodó 

Es cierto -señaló- Te pediría agradablemente que me cedieras tus alas pero sé que no lo harás, así que todo tendrá que ser por la malas

Nos preparamos para pelear, todos con la esperanza de ganar esta guerra... Sin saber lo que venía a continuación, todos, menos yo

Me concentré en tratar de evitar que eso pasara cuando un demonio me jaló por los pies y caí al suelo pegandome en la nuca con una piedra

Corté su mano y luego le dí un puñetazo seguido de una patada en los genitales, para finalmente golpear su cabeza contra la estatua repetidas veces hasta que dejó de moverse, su cuerpo inerte cayó a la nieve y su sabre se esparció alrededor de su cabeza

Maté a unos cuantos demonios más hasta que escuche un grito que hizo que mis nervios estuvieran a flor de piel y me estremeciera

¡Atrapenlo, se escapa! -grito alguien a los demás- ¡Logró abrir la jaula!

Me volteé y parecía que todo pasaba en cámara lenta

Alguien saliendo de la jaula y corriendo en busca de su libertad

Abaddon corriendo hacia el

El chico se voltea y puedo ver su rostro

Veo una espada alzarse trás el y corro en su dirección con la esperanza de llegar a tiempo  

Dark ParadiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora