42.

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"¡Oh por Dios! ¿En serio es para mí?" Gritó con una sonrisa.

"Sí bebé, espero que te guste." Erick rascó su nuca, nervioso. "No quiero sonar como loco, pero hoy se cumplen siete meses desde que te vi por primera vez y quería darte algo."

"Pensé que era el único que lo sabía." Dijo con una gran sonrisa, mientras observaba el CD de su cantante favorito. "Te debo un regalo."

"Si nunca dejas de sonreír así, no me debes nada."

"Uh, eres tan cursi." Rió Joel. "Podría regalarte unas clases de ortográfia, no te vendrían nada mal."

"Fingiré que no estoy ofendido. Sólo porque acepto todo lo que venga de ti."

"Está bien, Erickin." Joel sonrió a medias y le guiñó un ojo.

"No vuelvas a hacer eso, por favor."

"¿Esto?" Repitió el gesto. "¿Por qué? ¿Lo hago mal?"

"Porque me dan unas malditas ganas de besarte."

"¿Y qué te lo impide?" Dijo Joel, intentando disimular sus nervios. Erick sonrió.

Ambos rostros comenzaron a acercarse hasta que sus respiraciones chocaron, estaban nerviosos. Lentamente sus labios comenzaron a juntarse e inició un beso que ambos deseaban hace mucho.
Erick agarró suavemente la cintura de Joel y éste no pudo evitar sonreír entre el beso.

"Me gustas tanto, Erick."

"Y tu a mí, bebé."

"Aún no puedo creer que yo también te guste." El rostro de Joel estaba rojo y era tapado por sus manos.

"¿Por qué no? Eres hermoso en todos los sentidos." Agarró sus manos. "Me tienes loco, Joel Pimentel."

Joel se abalanzó sobre Erick y volvió a besarlo, esta vez un poco más rápido y expresando todo lo que no podían decir con palabras.

twitter «joerick»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora