Hello and Goodbye【Golxy】✎ One-Shot.

✎ Parte única.

Desde que te fuiste comprendí que nada es para siempre, ni las sonrisas, ni tú. Todo llega a extinguirse como la llama de una vela al cortarse la luz, el brillo se apaga e instantáneamente se pierde la felicidad.

Antes reía, lo hacía por todo aunque muy inmaduro suene. Y sólo era por ti, la persona más perfecta que me brindaba la tranquilidad y plenitud que tanto extrañaba. Mangle y Springtrap me decían que me veía más... ¿feliz? Claro, a tu lado.

Solía negar y ocultar parte de mis sentimientos, aún me sigo preguntando como te enamoraste de alguien tan frío como yo. Me daba vergüenza admitir lo que te quería, a diferencia de ti, que eras muy abierto y no tardaste en demostrarlo.

La primera vez que me sonreíste vi reflejado en ti el resplandor de una estrella, y es que, yo pensaba que me odiabas. Al igual que yo lo hice en momentos del pasado, no me arrepiento de ello porque gracias a mis estupideces pude tenerte a mi lado durante un tiempo. Quisiera haber pasado toda mi vida junto a ti, de hecho, te prometí hacerlo.

Perdón por no cumplir con mi promesa.

Ahora es extraño, distinto a la vez, e incómodo. Las gotas caen y se intensifican a un compás doloroso, como si el cielo estuviese llorando al igual que yo. Las nubes grises inundan el lugar y siento que si dejo de abrazarme a mi mismo el viento podría llevarme. El pronóstico dijo esto en la mañana, pero por nada cancelaría el venir a verte.

Mis ojos siguen desprendiendo lágrimas que intento secar con mi bufanda, sí, aquella que tú me regalaste en nuestra primera cita. De un color rojizo y detalles dorados, parecía navideña pero me recordaba más a nosotros dos y eso era lo que más me gustaba de ella.

Miles de recuerdos vienen a mi mente, como me abrazabas en las frías noches de invierno y cuidabas de mí cuando estaba enfermo. Siempre tan dedicado y dulce, también extraño las tazas de café que tomábamos por las mañanas, y anhelo acariciar tu sedoso cabello aunque sea una vez más. Sé que es imposible, que no podría pasar, pero todavía se puede soñar, ¿no?

Me enseñaste a superar mis miedos, ser valiente y seguro con todos, al igual que conmigo mismo. A la vez yo te ayude a safarte de tus ataduras, tú eras mi fuerza y me dabas el valor para seguir adelante. Yo era tu libertad, quien te aconsejaba en la mayoría de problemas familiares y velaba por tu bien estar.

Lo sé, no te cuide lo suficiente. Por eso me odio, y paso lo que tuvo que pasar.

Recuerdo como lloraste entre mis brazos al enterarte de aquella enfermedad, que poco a poco fue empeorando hasta que terminó por quitarte la vida.

Fueron tiempos horribles, tanto para ti como para mi persona. Es que, ¿cómo podía vivir yo sin ti? Lo peor, es que todavía no le he encontrado una respuesta a tal cuestión.

Cuando te dieron el diagnóstico intenté hacerte pensar que nada malo pasaría, que dejaras de sufrir y que todo estaría bien. Siempre me he equivocado en preguntas del colegio al igual que en esto, decías querer a este fracaso. Pero, ¿quién podría querer a alguien que no se quiere a sí mismo?

Exacto, nadie.
Excepto tú, entre millones de personas eras la única excepción existente que me amo tal y como soy. Un imbécil.

Intenté hacerte sentir feliz antes de despedirte del mundo, así como tú cambiaste mi vida yo hice lo mismo. Alegre tus últimos momentos, según ti.

Quiero escuchar tu voz de nuevo, tu corazón latir y tus labios chocar contra los míos. Hasta intentaría escuchar el silencio, sin ninguna palabra ni acción, mientras que estés junto a mí. Y de hecho, lo haré, tenlo por seguro.

— Hola y adiós, Golden —murmuré, frente a tu tumba, mientras sacaba una pistola de mi bolsillo.—

Mi respiración se entre corto por unos segundos, a la par que mis fuertes latidos se intensificaron, no me sentía así desde hace tiempo. Cuando estaba enamorado de ti y no me atrevía a confesartelo.

Una última lágrima solitaria cayó sobre el ramo de rosas que tu lápida contenía.

Y apreté el gatillo.

...

¿Fin?

✎Milx.
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