Epitafio para amantes [EunHae]

Capitulo 3: La distancia

Dicen que solo se necesita un instante para enamorarse

Otros dicen que es necesaria una vida entera para ser capaz de sentir amor

Y hay otros (los peores) que dicen que el amor simplemente no existe.

En ese entonces no era consciente de lo que el amor era para mi. Aún era demasiado joven e insulso para notar los ligeros matices que mis relaciones tenían en ellas.

Nunca mire a una novia con esa expresión de haber visto a la criatura más hermosa del mundo entero, o contemplarla como si mi existencia se debiese a su mera presencia. Me parecía hasta cierto punto, ridículo.

Ridículo.

En ese entonces no sabía que yo sería el ser más ridículo del mundo entero al enamorarme como lo hice...

*

-¿Entonces?
-Entonces nada -resopló con hastío -me voy
-¿¡Eh!? ¿¡Tan pronto!?
-Casi anochece, yo no diría que es "Tan pronto"

Sacó la tarjeta del metro tan rápido como le fue posible.  No quería que aquella escandalosa lo siguiera hasta su casa para un interrogatorio

-Joder, ¿¡Quieres dejar de caminar como si te estuvieran persiguiendo para asesinarte!?

Oía sus resoplidos cada vez más cerca. ¿Acaso no era capaz de entender lo mucho que quería estar solo?

-¡Donghae!
-Dejame en paz
-¡Joder espérame! -la escucho batallar con sus cosas -¿¡Al menos puedes decirme qué pasó!?

Las lágrimas pugnaban por salir, pero él no cedería a sus impulsos. El no era débil, no iba a llorar por aquello.

-¡Donghae!

Pasó la tarjeta por el lector y atravesó el torniquete lo más veloz que fue capaz al oir al tren llegar. Tal vez si corría era capaz de alcanzarlo sin que ella lo alcanzará a él.

-Maldición

La corbata le oprimía el cuello, haciéndolo jadear un poco, pero necesitaba correr con todas sus fuerzas, o si no...

-¡Donghae!

Las puertas se cerraron tras el. Apoyándose sobre sus rodillas, trato de recuperar el aire, desabrochando de paso la ajustada corbata del uniforme.
Afuera del vagón, ella lo miraba con aire furibundo mientras se sujetaba el costado con expresión entre el odio y el cansancio.

-Lo siento -articuló a modo de disculpa silenciosa mientras el tren iniciaba su marcha, dejando tras de sí a su mejor amiga, a su única amiga, a esa amiga que, sin saberlo, acababa de perder.

*

-Donghae, se hace tarde
-ya voy ya voy

Sin embargo, aún le tomó otros 15 minutos antes de salir de su habitación

-En serio, ¿Qué te toma tanto tiempo?
-No encontraba mi cuaderno de inmunología- respondió medio aburrido encogiendo los hombros
-Ya, pues gracias por hacerme perder el tren-
-Nunca te pedí que me esperaras-
-Con más razón deberías estar apenado, idiota-
-¿Debo agradecerte por algo que tú decidiste hacer a pesar de que esa decision te perjudicara?- Donghae miro al chico de reojo. Sus mejillas estaban rojas, al igual que sus orejas - no lo comprendo- sentenció

Lo oyó resoplar, una clara señal de hartazgo. No era su culpa que el no entendiera la mente simplona y (según los demás) amable de Jong Jin.

-¡Hyukjae!-
Lo sintió moverse con alegría, para posteriormente dejarlo atrás sin mediar palabra.

Siempre lo hacía cuando se trataba de Hyukjae, todos lo dejaban atrás cuando se trataba de Hyukjae...

-¿Menudo gilipollas ah?-

Un estremecimiento

-Y tanto- Lo miró de reojo arrebujandose en su cálida bufanda de lana -¿Qué haces aquí tan temprano Siwon?
-Bueno, no quería perderme la oportunidad de ser bendecido por el despertar del gran Hyukjae-
-Sonaste igual que un retrasado- dijo sin pizca de emoción -¿Despertar del gran Hyukjae?-
-Ya sabes- el otro lo miro sin inmutarse ante su cara de hartazgo -El gran Lee Hyukjae nos honra con su presencia tan temprano en la universidad, eso solo nos dice que nuestro día será favorable
-Es un idiota igual que tú, no un dios -
-¡oye!-
-¡Siwon!-

El aludido sonrió levemente ante la mención, disfrutando de la mueca de incomodidad que reinaba en la cara del otro

-¡Hey Hyuk! -un choque de palmas y unos golpes en la espalda ajena -¿Te has caído de la cama?
-Muy gracioso Masi- dijo soltando una risa sarcástica
-Joder no me llames así- gimoteo el otro -odio ese apodo
-nunca entenderé porque Wen te dice así -se sincero el muchacho -A decir verdad nunca entenderé cómo es que alguien como tú acabó con alguien como ella-

Siwon se encogió de hombros y unos segundos después ambos echaron a reír mientras se iban en dirección al campus. Dejándolo, de nueva cuenta, solo

-Hola Hae-

Un tímido saludo

Un saludo que no fue contestado. Donghae volteo levemente mientras caminaba encogido en su bufanda, dando una ligera cabeceada de reconocimiento

-¿No deberías estar en los laboratorios de genética?
-Hubo un fallo en las muestras, así que tiramos todo y limpiamos-

Un sonido de fingida incredulidad y entendimiento emanó de la boca del castaño

-Si si, me lo dijiste- el otro chico río divertido ante la pasividad del otro- pero que se le puede hacer, una vez dejamos el muestreo en tus manos y resultó peor-

Frunció el celo, molesto ante el recuerdo.

-Y... ¿Has hablado con el?
-No se me ha presentado la oportunidad- encogió los hombros -nunca está solo, y cuando lo está simplemente está demasiado ocupado para hacerme caso.

Fue turno del otro de emitir sonidos de incredulidad.

-Antes nunca estaba lo suficientemente ocupado para estar contigo, ¿no?
-Si, bueno...antes es antes -balbuceo suavemente
-¿Sigues pensando en eso?

Suspiró, no lo iba a dejar en paz, ¿Verdad?

-Tengo muchas cosas en qué pensar como para preocuparme por cosas del pasado
-¿Cómo cuales?
-No se, ¿la escuela? - lo miro con ironía - ¿mi vida no puede girar siempre en torno a él sabes?
-Nadie te ha pedido que detengas tu vida por el Hae- el muchacho puso una mano sobre el hombro del otro - pero esto no puede seguir asi, el te debe una explicación y tú mereces escucharla y entenderla-

Entender...

Y algo hizo click en el
-¿Tu sabes porque lo hizo verdad?

Su voz suave contrastaba con su expresión de irá contenida

El muchacho lo miro con compasión. Haciendo que el ceño fruncido del castaño se hiciera más profundo.

-Lo cierto Hae - se acomodó mejor el bolso al hombro -es que aquí todos saben el porque menos tu..

Y se alejó, desapareciendo entre la multitud, dejando al chico con un cúmulo de lágrimas que pugnaban por salir.