Harry Potter - One Shots

||George Weasley||

—Eres hermosa—la chica sonrío y beso su mejilla

—Gracias, pero creo que este no es el momento adecuado para comenzar a alagarnos...—advirtió. Tomo su mano y los dos chicos corrieron por los pasillos del castillo. Huyendo de Filch y la señora Norris.

—¿Sabes...? Tengo que decirte algo muy importante—grito

—Está bien, dímelo—respondió mientras corrían

—Me gustas demasiado...—confesó sonriendo.

—No se que decir a eso, pero gracias—George paro de correr y miró a la chica.

—¿Que?—preguntó

—¡¿Que demonios haces George?! ¡Corre!—La chica trato de tomar la mano de George, pero el se alejó.

—Acabo de confesarte mis sentimientos y parece no importarte—hablo dolido

—Este no es el momento para discutir, tenemos que escapar de...—la interrumpió

—¿No te importo? ¿Verdad?—preguntó

—¿que cosas dices? ¡Claro que me importas!—respondió—como amigo...—susurró.

George miró con tristeza a Sky, pero ella simplemente le sonrió.

—Lo lamento George, pero yo no soy esa chica espacial que tú buscas...—confesó

—¿Entonces por qué me ilusionaste?

—Yo no te ilusione, fuiste tú quien mal interpreto las cosas, yo solo buscaba un poco de diversión...—el corazón de George se encogió.

—Estás siendo muy dura conmigo...—George suspiro.

—Solo soy realista, no quiero lastimarte y tampoco quiero que sigas con estúpidas ilusiones, George—

—¿Estúpidas ilusiones?—preguntó
—¡¿Crees que esto es un juego?!—

—No, no lo creo, pero de alguna forma tengo que acerté entender que no me interesas George—

—¿Sabes...? No puedes jugar así con las personas. Elevarlas tan alto y después dejarlas caer... No puedes hacer eso—George comenzó a llorar.

—Es una lástima que arruinarás esta amistad, George—informó Sky

—Algo que tampoco puedes hacer es herir de esa manera a las personas, Sky y es una verdadera lástima que tú lo hagas...—limpió sus lágrimas con las mangas de su camisa.

—Eso te convierte en un basura de persona...—miró por unos Segundo a Sky y se alejo de ella.

Ahora lo que más necesitaba George era a su gemelo y los brazos de su madre.
Por qué a él nunca le explicaron que el amor duele. Y duele demasiado.

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