Diario

130 1 3
                                    

Día 1

Hoy es mi primer día en la libertad. O en la cárcel, como quiera verse. Es decir, allá adentro creía que estaba encerrada, pero ahora que estoy afuera, siento que me asfixio.

Tengo una habitación pequeña, un trabajo como mesera y una radio vieja, además de la consigna de recuperar un año de mi vida. Bueno, seré sincera, tres, no, esperen... ¿fueron cuatro o seis? El tiempo pasa rápido cuando tomas tantos sedantes.

¿Que porque me mandaron ahí? Yo que se. Cuando desperté, ya estaba adentro. El guardia de la puerta no era muy conversador, y de ahí en fuera, ni las enfermeras o los doctores se caracterizaban por su amabilidad.

Pero resulta que ya estoy curada y lista para reintegrarme a la sociedad. Eso dicen ellos, pero yo no les creo. Me siento igual que siempre, aunque, claro, ya no tengo ese molesto dolor de estomago a causa de tomar barriles de antipsicóticos.

Ya es de noche, y me voy a dormir. Espero no tener esa maldita pesadilla de los cerdos vampiros. Ojala.

  Día 2

Hoy tuve visita con mi alguacil de custodia. No fue algo muy agradable, porque empezó a revisar mi cuarto hasta por debajo del tapiz. Me pregunto si tenía cuchillos. Le dije que no, ya que no tengo cocina, pero si tuviera una, claro que si. Y luego me interrogó por cualquier objeto punzocortante. Le repetí que no. E insistió por cualquier cosa que tuviese punta. Algo hastiada, repetí mi negativa. Paso a mi vida laboral, problemas con personas, con mi jefe o algo que me molestara. Respondí secamente que no. Por mi parte, me llevo bien con todos. Es cierto, me ven raro y Samy corre como conejo cada vez que entro al mismo cuarto que él, pero, no los culpo, después de lo que la tele y la radio dijeron de mí...

También me preguntó cuando tenía cita con mi abogado. Yo le pregunté que cual, porque según mis cuentas, llevo 9. Del que mas me acuerdo, es de uno alto y moreno, muy serio y recatado, quien intentó defenderme en mi primer juicio, y creo que trató de volver a hacerlo en el segundo y en el quinto. Lo recuerdo porque, al conocernos, me dijo que podía contarle todo lo que había hecho, sin omitir detalles y la pura verdad. Y lo hice, es decir, si era mi abogado, era mejor que lo supiera, al menos mi versión de la historia. Después de oírme por cuatro horas, puso una cara descompuesta, cubrió su boca con las manos y salio precipitadamente de la celda. Escuche una especie de chapoteo, algo que caía y unas arcadas profundas y asquerosas. Al parecer, estaba vomitando.

Es hora de acostarme. Por fin ahorre lo suficiente para comprar una televisión. Voy a estrenarla, y luego a dormir. Mañana me toca lavar platos.

  Día 3

Hoy fui al psiquiatra. En realidad no quiero hacerlo, pero la corte me obliga a 2 consultas mensuales como requisito para mantener mi libertad condicional. Lo raro no fue que tuviese la consulta FUERA del asilo, sino que solo la tuve con UN SOLO psiquiatra. Normalmente son 3 o 4, y acompañados por un enfermero y un guardia de seguridad. Que importa. Su consultorio era muy limpio. Y el era joven, no pasa de 34 años. Creo que presencio una o dos sesiones durante mi estancia en el asilo. Estuvo nervioso durante toda la consulta, tamborileaba su pluma y tomaba demasiadas notas. A veces revisaba el último tomo de mi expediente (que pasa fácilmente las 300 páginas), para recordar algún dato o saber que decir. En esta ocasión decidió "explorar mis sentimientos de culpa" Le dije que no tenia. Luego, al ver que no llegaba a ningún lado, quiso "descubrir el pozo de remordimientos" Y le dije que tampoco padecía de eso. Todos los bastardos, los 18, se lo merecían. Todas y cada una de las cosas que hice. No es mi problema que fuese ilegal en 39 estados. Como le dije al juez, antes de saltar sobre el estrado y enterrarle el bolígrafo en la lengua, "yo mastique al tipo en defensa propia".

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 12, 2012 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

DiarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora