I.D.K

• U N O •

Había sido una noche difícil para la castaña, apenas había podido dormir por los nervios de ir a ultimo año, en cambio, la rubia estaba hiperactiva mirando a la ventana y a momentos miraba a su amiga la cual dormía profundamente junto con un paquete de oreos, lo abrazaba como si fuera su bebé.
Des se aburría de mirara Sam dormir pero despertar a aquella chica era casi imposible de igual forma lo iba a intentar.

– Sam, Sam, Sam, Sam.– Ni siquiera se movía.
Se podría pensar que estaba muerta si es que no se escuchara su respiración.
Después de varias veces de repetir su nombre y sacudirla ella aún no despertaba.

– Mami me hice puta y baile en la esquina pero tranquila me pagaron bien.– esto siempre funciona y así como lo había pensado unos segundos luego de que Des dijera esto abrió los ojos de dos en dos.

– ¡¿Tú hiciste que?! – Sam miraba fijamente a su amiga en espera de una explicación.

– ¡Despertaste! – Des sonrió mirándola.
Sam miraba a Des con una cara de pocos amigos y está solo se limitaba a reír.

—Pero qué graciosa me saliste —la castaña rodó los ojos mientras bufaba—. Siempre caigo.

—Lo haces, pero hay que admitirlo, es divertido —la rubia obsesionada con las galletas continuó riéndose por un buen tiempo, y al final, ambas terminaron con una sonrisa en el rostro.

—En fin, graciosilla, ¿para qué me despiertas?

—Porque me aburría, y verte dormir me aburría el doble. Así que pensé que podríamos hacer algo —Des sonrió.

Sam supo ver que era de esas sonrisas traviesas, esa que ponía siempre que se le ocurría alguna broma.

—¿Qué tienes en mente? —le preguntó intentado no volver a caer dormida.

Agarró el paquete de oreos y caminó hacia Des. Si iba a levantarse ya, habría que hacerlo bien.

Des rió maliciosamente. Y es que siempre tenía una gran imaginación para todo.

—Tal vez debamos molestar un poco a Cas cuando la veamos, es divertido verla nerviosa —se encogió de hombros con inocencia.

—Ajá, buena idea. Pero creo que antes deberíamos prepararnos ya vamos a llegar, se nos hará tarde y diremos adiós a la diversión.

—Sí, mamá —Des sonrió divertida y se levantó, dispuesta a preparar sus cosas.