La no tan interesante vida en Hogwarts de Luna Rain.

c a p í t u l o u n o

"El techo es muy interesante."

Ahí está el primer pensamiento de mi día.

Me encontraba mirando al techo desde mi cama, me había despertado una hora antes de que el despertador sonara y ya no había vuelto a poder dormir. Esto no va a afectar muy bien a mi cara, ya que también me había quedado hasta tarde leyendo un libro de una escritora muggle, como engancha esa droga.

Ya me había dado por vencida de volver a dormir, así que lentamente, me levanté de mi cómoda cama, que según algunos tiene superpoderes, y me fui a la ducha para intentar despejarme un poco.

No tenía hermanas ni hermanos y mis padres eran unos aburridos muggles que no aceptaban eso de la magia, por lo tanto, la casa era sólo mía, no la compartía con ninguna amiga. Por una parte me resulta algo aburrido, pero por la otra me alegra, siempre tengo que tener todo ordenado o si no me estreso, no creo que mucha gente aguantase con todo, todo el rato ordenado.

El baúl para irme hoy a Hogwarts ya estaba listo desde ayer por la noche, así que al salir de la ducha solo tuve que preocuparme de ir a hacerme un café con leche y coger un croissant de chocolate y tirarme en el sofá para ver una serie que estaba muy de moda.

Cuando me cansé de no estar haciendo nada productivo con mi vida, cogí el baúl y un abrigo y me dispuse a salir de mi casa camino a King Cross, todavía faltaba como una hora para que el Expreso de Hogwarts saliera de la estación, pero teniendo en cuenta que tenía que ir andando y quedaba como a media hora de mi casa decidí irme yendo.

Pasé la columna del andén 9 3/4 con los ojos cerrados y cuando los volví a abrir me encontré con la misma escena de los anteriores 6 años, la estación llena de gente, con niños que iban a comenzar el primer curso despidiéndose de sus padres con lágrimas en los ojos, otros más mayores yendo a saludar a sus amigos y contándoles como les fue el verano y otras personas más alborotadoras que iban corriendo y gritando por todos lados, rodé los ojos ante eso.

Empecé a buscar a alguien que conociese, no es que se diga que tuviese muchos amigos, pero tenía la esperanza de encontrarme con algún conocido y no sentirme tan sola. A lo lejos divisé una melena blanca como la nieve que se me hacía familiar, me acerqué a ella.

-¡Hola, Grace!- le saludé, era Grace Rowle, una amiga con la que tampoco tenía tanta relación, pero nos llevábamos bien.

-¡Luna!- gritó cuando se dió la vuelta, estaba de espaldas a mí, y se dió cuenta de que era yo- Hace tiempo que no hablamos, este verano no me mandaste ningún mensaje con la lechuza- me reprochó.

-También me lo podías haber mandado tú- le contesté con una sonrisa para que supiese que estaba de broma.

-Touché- río- me enteré de que te fuiste de la casa de tus padres, ¿vives sola?

-Seh- le contesté como si no me importara mucho- no está tan...

-Lo siento Luna- me cortó- uno de los hermanos Rowle anda haciendo de las suyas- miré hacia donde estaba mirando ella y me encontré con uno de sus hermanos haciendo un poco, demasiado, el idiota- nos vemos después en el tren o en el Gran Comedor- se despidió.

  Justo cuando me iba a volver a mover de mi sitio me di cuenta de que una chica alta, de piel morena y con un pelo rizo negro muy voluminoso, se  acercaba corriendo hacia mí.

- Lunita de mi corazón- empezó a gritar arrastrando la última o de corazón- cuanto te eché de menos.

- Allita de Pollo, mi amor- la abracé riendo- hace años que no nos vemos- me burlé.

- Exactamente- miró su reloj imaginario- dieciséis horas, treinta y cuatro minutos y... Los segundos no los voy a decir.

-Una auténtica eternidad.- le contesté riendo a Allie.

Esa chica es Allie Rainbow, mi mejor amiga, hija de muggles y Slytherin, una chica muy simpática, amistosa y que siempre me hacía reír.

Mientras hablábamos nos dirigimos al tren y fuimos a elegir un compartimento, encontramos uno vacío por el medio y pusimos ahí nuestros baúles. Poco después el tren se empezó a mover.

Al rato otros dos chicos entraron en el compartimento, eran Ciro y Mark, unos amigos de Allie, yo no había hablado muchas veces con ellos, pero Mark me caía realmente bien.

-Hola chicas, ¿podemos sentarnos?- preguntó Mark.

-Ya sabes que sí, bobo.- le contestó mi amiga.

Yo me moví del asiento que estaba en frente de Allie y me senté a su lado mientras que los chicos se sentaban donde yo había estado anteriormente.

-¿Sabéis que el nombre Allie significa de noble cuna?- cortó Rainbow el silencio que se había formado.

Yo la miré con cara de que le pasaba por la cabeza. Mientras que los chicos se rieron.

-Pues Luna... Significa "Mujer que brilla tanto como el satélite"- le seguí el juego- tenéis que llevar gafas de sol para mirarme directamente.

Y así, contando tonterías de vez en cuando, fue nuestro recorrido en tren. Más o menos en la mitad del trayecto entró por la puerta la señora del carro de dulces, los cuatro fuimos a comprar y compartimos las ranas de chocolate y grageas de todos los sabores.

Cuando bajamos del vehículo, yo me fui con Allie y los otros dos se fueron a saludar a unos amigos. Mientras nos dirigíamos al lugar donde se encontraba el carruaje me encontré con la prefecta de Ravenclaw, mi casa, Lyra Potter dirigiendo a los niños de primero, yo la saludé desde lejos y ella me correspondió el saludo.

También vi por la multitud al grupo QueRiza, no conocía mucho sobre ellas, creo que solo hablé con Ara, pero tenían pinta de ser una chicas majas, cerca de ellas estaban Audrina Gardner y Alaia Klett hablando, Audrina se despidió de ella y se acercó a mí.

-¡Hola!-me saludó, yo con un gesto le dije a Allie que fuese a buscar un carruaje.

-Hey- le sonreí.

Mierda, no sabía que más decir.

-Bueno, eeeh, solo quería venir a saludarte, hace tiempo que no hablamos.

-Ya, cierto. Vente conmigo y Allie a nuestro carruaje- le sugerí.

Ella aceptó y fuimos a encontrarnos con nuestra compañera. Cuando la encontramos ya subida en el vehículo que nos llevaría a Hogwarts nos subimos y cuando ya estaba a punto de arrancar se subió Coral Jackson.

En la lejanía ya podía ver el castillo, mi último año iba a comenzar y no quería que fuese tan simple como todos los demás, este iba a ser mejor. Aunque todos los años me digo lo mismo.