Say Yes (Juno)

Prologo

Maldigo el día en que mamá decidió que nos mudemos de Corea. El cambio fue totalmente brusco, el idioma y las costumbres. Tomo un tiempo adaptarme, que va, todavía me cuesta y ya hace más de dos años que estoy viviendo en Argentina.

Los primeros meses fueron duros, me costaba entenderles a las personas, mi español era demasiado básico pero podía mejorarlo gracias a las clases que mi madre me inscribió.

Me sentía diferente y raro ante los demás, estaba haciendo un esfuerzo por encajar en algún grupo.

Mi paciencia termino cuando mamá no soporto mi completo estado de vagancia, entonces me vi obligado a conseguir un trabajó. Busque por muchos lados hasta que...

Encontré un trabajo que me hacía sentir cómodo, no era de lo espectacular pero me agradaba.

Mi trabajo se basa en acomodar la mercadería o entender la caja del súper chino que queda a unas cuantas cuadras de mi casa.

Pero no todo era color rosa, debía soportar al chico más idiotamente hermoso que vi en mis pocos años de existencia. Si, era el hermoso hijo de la dueña. Amable, simpático y para terminar de aclarar endemoniadamente SEXI.

Me tenía arto, que no parará de sonreír o hacer ojitos. No, no voy admitir que me encantaba.

Las chicas babeaban con solo verlo, eso ayudaba a que la clientela mejorara.