Lo odio.
Lo odio porque aún lo quiero.
Lo odio porque me duele.
Lo odio porque a él no le importa.
Lo odio porque ya se olvido de mi... Si es que algún día estuve en su cabeza.
Lo odio porque lo extraño.
Lo odio porque me hace falta.
Lo odio porque ya tiene otra quien lo abrace.
Lo odio porque yo sí quería pasar mis noches junto a él.
Lo odio por hacerme pensar que por fin le gustaba a alguien.
Lo odio por hacerme pensar que alguien más aparte de mi familia me quería... Claro, si es que mi familia lo hace.
Lo odio porque me hizo pensar que por fin no era la única que sentía cariño.
Lo odio porque me hizo pensar que alguien anhelaba lo mismo que yo.
Lo odio porque creí que alguien quería conmigo algo más que solo sexo.
Lo odio porque me hizo pensar que por primera vez mi sentimientos hacia alguien eran correspondidos y que no estaba sola en esto.
Lo odio porque todo fue un sueño.
Lo odio porque nada fue cierto.
Lo odio porque nada de eso existió.
Lo odio.
