Parte Única

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Las personas dicen que festejar fechas importantes como Navidad, son uno de los mejores recuerdos que logras conservar al lado tus seres queridos.

Las sonrisas de esas tales familias, era más que suficiente para entender la enorme felicidad que sienten al permanecer juntos.

Aquella extraña cosa blanca que descendía del cielo lentamente, era la representacion exacta de cada ángel puro que habitaba en esta hermosa Tierra. Fue inevitable para mis labios, formar un hermosa curva rosada.

— ¡Sinb!— apareció Yerin — Te estábamos buscando, ¿Por qué desapareciste repentinamente? — sostuvo mi mano y me empujó a una dirección contraria

— Lo lamento solo quería jugar con la nieve, un rato — confesó acariciando mi nuca

— Me darás un infarto en cualquier día de estos — comentó angustiada Sowon, quién se acercó a las chicas seguida de otras tres chicas

— No exageres Sowon, Sinb sabe cuidarse — esta vez habló Yuju

— Volvamos a casa, necesito urgentemente un chocolata caliente — dijo Eunha aferrándose al cuerpo de Sowon.

— Sí, por favor — Yerin arrugó su nariz

— Umji, ven, dame la mano — la más alta cogió del brazo a la nombrada

Kim Yewon, la más joven entre las presentes y a quién más cuidábamos. Su estilo propio, inocente y limpio,  me invitaban a querer protegerla por siempre. Ella era como un reliquia.

El aire caliente proveniente de la chimenea, arropaba nuestros cuerpos.   La atmósfera de la sala se inundó de ese calor.

—¿Qué quieren como regalo? — cuestionó una Eunha animada

— Debido a que son las más chicas en edad tienen prioridad de su elección navideño — argumentó Sowon mirándome, y al segundo a Umji y Yuju.

— El año pasado, nos obsequieron una exquisita cena hechas por ustedes mismas — habló Yerin — Ahora nos toca a nosotras

Noté lo ansiosa que Yuju se encontraba por pronunciar su más esperado obsequio

— Yo quiero una cuatrimo...

— El mejor regalo son ustedes — Umji la interrumpió

Las mayores emitieron un exagerado “ah” debido a la ternura con la que se expresó la miembro más joven. Yuju, bufo frustado y yo reí ante aquello.

— Sigue participando — susurré cerca

— Es porque no tengo aegyo ¿Verdad?

— Nadie puede superar a Eunha, Yuju— admitió Yerin — Y, a su papada — agregó

— ¿Debería de ofenderme? — miró a Sowon, esta solo rió

La hora avanzó rápidamente, ya eran las diez y media de la noche y una molesta Sowon nos gritaba desde su habitación que fueramos a descansar. 

Por desgracia, mis ojos solo querían apreciar esa oscuridad con pequeñas luces a su alrededor. Aunque, la luna no se quedaba atrás, si brillo tentador y abrumador alumbraba cada sendero buscando en sí, acompañar aquella alma solitaria.

Un sunbido procedente de la sala principal despertó mis sentidos. Me alarmé y por instinto propio, sujeté lo primero que ví y me encaminé al sitio.

— ¿Umji? —  el cuerpo de la pequeña se encontraba en la alfombra con sus manos no tan cercas del fuego la cual este se encontraba ya "prendido", supuse que ese ruido era por ello.

El Pequeño Regalo de Navidad // UmBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora