Capítulo único.

408 66 16
                                    

El sonido parece perseguirme.

La chirriante voz de un niño de diez años recorre todo el cementerio, y tu voz recorre toda mi mente, ¿por qué justo se tenían que parecer? ¿Por qué no me dejas en paz? ¿Por qué tenía que haber un niño justo hoy?

Dime, Hyungwon, ¿por qué te moriste?

Me siento igual que ese pequeño que acaba de perder a su madre, aunque hay tantas diferencias entre él y yo a la misma vez. Mientras sin pudor alguno expresa su tristeza yo no puedo ni permitirme derramar una lágrima en tu recuerdo. Su padre le da apoyo cubriéndolo con un abrazo y eso me hace extrañar la calidez de tus abrazos, pero en seguida desecho ese sentimiento, qué hipocresía de mi parte.

Observo el jarrón lleno de agua sucia y aprieto el ramo de flores en mi mano, ni siquiera sé cuales son tus favoritas.

Tu desvergonzada risa en primavera y tu cuerpo frío en invierno.

Tus ojos que me miraban con tanto brillo, tus manos las cuales se sentían tan familiares simplemente ya no estarán.

Esa única fotografía que permití que nos tomáramos después de tanto ruegos tuyos, se ha vuelto mi posesión más valiosa. Amo a la cámara, amo al que inventó la cámara, amo a mi jefe por pagarme para poder comprar la cámara.

Amo al mundo porque tengo tu sonrisa inmortalizada, porque sólo me sonríes a mí en esa foto, sólo me miras a mí, sólo eres feliz para mí.

Porque sólo tú y yo conocemos ese momento.

Quizás estoy esperando sin saberlo. Esperando porque salgas de la nada y te rías en mi oreja, cómplice por algo que sólo sabes tú; quiero que lo vuelvas a hacer, me detesto por odiar eso en aquél tiempo, ahora ni siquiera se puede comparar con barras de oro, no lo dudaría un segundo, te eligiría a ti, como un tonto, en todo lo que sería sabio es en no dejarte ir una segunda vez.

Hoy no me has llamado, quiero decir, quejarme, quiero poder reclamarte tu ausencia.

Lo siento, no te vayas, no me olvides, no lo hagas, por favor, no lo hagas.

Estaré contigo así que ni siquiera lo pienses, no te atrevas a dejarme solo.

Es mi culpa, me echaré la culpa de todo si decides volver.

¿Esa es tu manera de romper conmigo?
Ni siquiera puedo permitirme odiarte, me dejaste pero no puedo evitar pensar que todo se reduce a mí.

Esta vez te doy tiempo y cambio el jarrón por el que hiciste hace un año y medio en tu clase de moldear, pongo las flores en él; y no puedo evitar tener una visión de cuando éstas se sequen en menos de dos semanas. Ojalá tu recuerdo se secara, para remplazarlo por uno nuevo y mejorado.

Recuerdo la vez que me llegaste a mi salón de clases con un amarilis en tus manos, estaba seguro que la sonrisa no te la quitaría nadie.
Hyungwon, hice mi tarea, ¿orgullo?
Supongo que acertaste con la flor, lamento que sea esa flor. Sé que te hizo gracia encontrar una que se adaptara a mí, pero no hace gracia, ya no.

Creo que una Camelia blanca me hubiera quedado como anillo al dedo.

Coloco el jarrón con las flores al lado de tu lápida con delicadeza, no puedo evitar leer la fecha y sentir un nudo en mi garganta.

Espero que te gusten, es un revoltijo de colores al igual que lo es mi cabeza, pero quería expresar tanto y no me dejaste tiempo para hacerlo.
Aunque hay más amapolas que nada, ¿sabes? Resulta que más que arrepentimiento está el deseo de reunirme contigo lo antes posible.

Estoy aquí, Hyungwon, justo como querías que lo estuviera hace un año, a tu lado. Mi promesa del pasado había sido enterrada, mi vista estaba nublada, perdón, lamento que tuvieras que morir para que yo pudiera ver.

Porque este lado de mí lo controlaba todo, porque sólo te tocó sufrir a mi lado.

Mis pensamientos borrosos no me dejan apreciar lo que eras en este momento, tu cara esta cubierta y no puedo verla. Todo lo que viene a mi mente es el sonido del teléfono.

¿Por qué me tuvieron que avisar a mí primero? ¿Acaso tenías que torturarme? ¿Por qué, dime, por qué tenía que ser yo el primero que viera tu cuerpo sin vida?

Todo se está volviendo difícil otra vez. Mis mentiras parecen volver al presente.

Desde que te fuiste eres mi tema favorito para pensar en la noche, recuerdos de los que ni siquiera soy parte no dejan de repetirse en mi cabeza, sonrisas que me faltaron por ver, chistes malos que me faltaron por escuchar.

Las luces pálidas de la ciudad, que iluminan esas calles del vecindario por el que caminábamos tú y yo.

El restaurante en el cual me esperabas siempre, siento haber sido impuntual en todas nuestras citas.

En el momento en que el semáforo cambia a rojo, veo caer del cielo pequeños copos de nieve, ¿a ti te gustaba la nieve?

Debí prevenir aquello esta mañana, cuando la fría brisa acarició mi piel, pero este día estoy fuera de mí mismo, y no me molesta perderme en ti por más tiempo es lo que necesito; porque parece que la nieve que cubría mi corazón está derritiéndose.

Hasta el día de hoy sigo sin tener respuesta a la misma pregunta, ¿qué habría sido diferente esa noche si me hubiera girado?
Si tan sólo no te hubiera dejado en aquella oscuridad en medio de la calle después de haber peleado, si tan sólo hubiera respondido cuando llamabas mi nombre, si tan sólo... sólo hubiera repondido a ese último te amo que salió de tus labios, ese roto te amo.

Me acabo de dar cuenta que el orgullo ni siquiera me permitió decir lo que quería en tu tumba, así que cuando el semáforo cambia otra vez a verde suelto mis penas a esos pequeños pedazos fríos de hielo que caen libremente, mientras que mis pies se mueven cruzando la calle.

-Perdón por no darme la vuelta, perdón por el lado egoísta de mí -si tan sólo...-. Perdóname incluso si ya es tarde.

Pero resulta que la calle está resbalosa esta noche, y casualmente los frenos de un carro fallarán, pero no había forma de saberlo, yo sólo me sentía cansado.

Hyungwon, ya no podré cambiar las flores en dos semanas.

Te amo incluso si ya es tarde.

Sorry | 2won.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora