JACK

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¿Cómo decirle que ese dia nunca hubo un terremoto? ¿Cómo decirle que nuestro supuesto mejor amigo nos había intentado matar?

Solo teníamos 5 años, éramos unos niños y tanto el padre de Zac como él mío no mantuvieron protegidos de lo que significaba estar en la mafia, solo éramos unos pequeños queriendo jugar en la guardería cuando todo paso…

Nunca nos dimos cuenta, papá tampoco, decíamos ser los mejores amigos pero nunca nos dimos cuenta que su padre no era como los nuestros. No nos dimos cuenta que el suyo lo había criado para convertirse en un arma. Nunca supimos que… él nunca nos consideró nada más que un objetivo.

¡Debimos habernos dado cuenta!

Flash Back

Zac y yo estábamos jugando enzima de los carros de la guardería mientras Connor se mantenía hablando por su celular; los tres éramos hijos de miembros de la mafia, así que el traer un celular era casi obligatorio para que nuestros padres supieran que estábamos bien. Pero de pronto, cuando Connor colgó y volteó a vernos, algo dentro de mí se paralizo. No sabía porque empezó a crecer un gran miedo dentro de mí.

Zac comenzó a golpear mi carrito con el suyo mientras reía pero yo solo podría ver a Connor caminando hacia Keyla con una gran sonrisa. Mientras mi miedo se hacía más grande con cada paso que él daba. Papá siempre se aseguraba que dos o tres guardaespaldas estuvieran conmigo cuando salía de casa. Pero cuando íbamos a la guardería o la casa de tío Dino, siempre los disolvía.
Por lo que había escuchado, Keyla era la mejor guardaespaldas dentro de la alianza Vongola y papá se arrepentía de no haberla contratado antes que el tío Dino, así que ese dia solo estábamos nosotros tres y ella.

No sabía porque tenía tanto miedo ya que solo estábamos los cuatros, pero cuando Connor le pidió a Keyla que se agachara para decirle algo, lo único que pude hacer fue ponerme de pie en mi carrito y gritar.

— ¡Aléjate de él! — no sé si fue por mi culpa por llamarla y distraerla o sí hubiera sido el mismo resultado de todos modos, pero en el momento que ella volteo a verme no supe de donde saco un cuchillo que clavó en el pecho de Keyla; yo solo pude ver como los ojos de ella mostraban sorpresa por un segundo y al siguiente no había nada.

Pude escuchar a Zac gritar y caerse de su carrito.

— ¡Keyla! — empezó a correr hacia ella pero en cuanto lo hizo pude ver a Connor voltear hacia nosotros, su expresión era totalmente diferente a la del chico con el siempre jugábamos y fue en ese instante en el que me di cuenta: Él nos mataría.

No podía apartar la mirada de él, pero por el rabillo de ojo pude ver a Zac llegar hasta Keyla y empezar a sacudirla a moverla desesperadamente mientras gritaba su nombre. Connor aparto su mirada de mí y se centró en Zac. Sabía que le haría lo mismo que le atacaba de hacer a Keyla y por un segundo no pude moverme, me congelo, no sabía qué hacer y mi cerebro solo me decía que corriera… pero algo incluso más profundo no dejaba de registrar a Zac llorando descontroladamente tratando de despertar inútilmente a Keyla con todas sus fuerzas.

Fue entonces cuando lo entendí, Keyla era su mejor amiga, él nos lo había dicho incontables veces; y ahora esa amiga ya no despertaría jamás.

Y yo… yo no quería pasar por lo mismo, Zac… él era mi mejor amigo y no lo quería perder.

En un segundo estaba en el carrito y al siguiente ya estaba encima de Zac mientras sentía un gran dolor en mi brazo. Connor me acababa de apuñalar, cuando lo alzo de nuevo no perdí el tiempo, tome de la ropa a Zac y me moví lejos de Connor llevando a mi amigo conmigo. Pero de pronto por el rabillo del ojo pude ver un botón rojo en la pared y recordé haber escuchado vagamente hace tiempo de las empleadas de la guardería explicarle a Keyla que sí sucedía cualquier cosa lo presionara y todos los miembros de la guardia en el área cercana aparecerían para ayudarla.

3.- La Onceava Generacion VongolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora