The Very Best

EL MEJOR

Había pensado en sorprenderla como nunca, pero jamás pensé que al final el sorprendido sería yo. Siempre quise ser el mejor, mejor que nadie más... Pero esto no me lo esperaba. ¿Lo mejor para ella?

POKÉMON XYZ

THE VERY BEST

Su cumpleaños estaba a la Vuelta de la esquina y aún no tenía idea de qué podría regalarle... nunca había sido bueno escogiendo obsequios y si se trataba de algo que iba a ser para ella, debía ser lo mejor. Aunque aquel pensamiento no es que estuviera del todo correcto, puesto que ella no era la típica chica que buscaba vestir joyas y recibir chocolates o rosas ¿O sí lo era? ¿Porque esas cosas les gustan a las chicas, no?

Los días pasaban y yo la observaba, al verme descubierto me reía al igual que ella. ¿Qué estaría pensando al verme mirándola? En la cocina... en la habitación... en la sala... en el balcón... hasta en la ducha era perfecta, ¿Qué podría brindarle a una persona perfecta? ¿Acaso su perfección podría aumentar? ¿O era solamente mi percepción?

¿Serena es realmente perfecta?

Llevamos poco más de tres años viviendo juntos y día con día lo creo con más vehemencia. Es que ella... es tan dulce y tan cálida que saca lo mejor de mí. ¿Decirle que no a algo?... Ni pensarlo... creo que es lo menos que puedo hacer por ella, brindarle todo de mí.

¿Acaso debería envolverme en una caja o ponerme un gran moño al cuello y regalarme yo? Supongo que siempre es mejor dar algo físico... ¿Qué querría Serena de mí?

¿Qué desearía la bella chica que dice que me ama?... ¿Acaso podría ella amarme al menos un poco de lo mucho que la amo yo a ella? ¿Nuestros amores se compararían?

La divagación se apodera de mí como siempre, pensar no es lo mío y lo sé. Debía moverme, hacer algo ya, lo que sea. Hasta el equipo Rocket pensaría cómo salir de una situación así, sólo era cuestión de ingenio... El equipo Rocket... al pensar en ellos la idea vino de inmediato a mi mente, ¿Quién lo diría? ¿Pero habría uno de ese tamaño?... MM...

Lo que más le gustaba a Serena era que yo la abrazara, me lo ha dicho tantas veces que estoy seguro que recibir un mega abrazo, le encantaría.

Tomé mi mochila y a Pikachu conmigo, para enseguida ir en busca de mi gran, majestuoso e increíble obsequio. No se lo espera... ¡No se lo espera!

El tiempo que pasé en Alola me había dejado más que aquella muletilla que poco a poco logré dejar.

Esa noche ella volvió envuelta hasta el cuello como de costumbre, la época del año se prestaba a sacar sus abrigos, botas y bufanda, llevaba hasta un pequeño gorro de lana, no pude evitar sonreír desde donde estaba, se veía hermosa.

—¿Ash? —Pronunció mi nombre con un poco de decepción, seguramente esperaba que la recibiera con las luces encendidas pero dada las circunstancias no podía. No debía saber que yo estaba ahí, no podía verme, aunque yo a ella sí y del ángulo más cercano.

Caminó un poco dubitativa por la estancia hasta que me vio, sus ojos brillaron sorprendidos, para luego cerciorarse de que se encontraba sola, vio en las dos direcciones de los lados y apretó los puños sumamente emocionada, para luego correr a acercarse a mí. Bueno... a mí que me encontraba escondido dentro del enorme oso de felpa que conseguí. Era tan grande que había tenido que llamar a Clemont para que me ayudara a cargarlo cuesta arriba en las gradas que llevan al departamento. Mi idea tenía que funcionar, iba a darle el abrazo más grande que hubiera recibido en su vida y para eso necesitaba un ser capaz de abrazar de esa manera, abrimos un agujero dentro del oso de Bewear y sacamos la mayor parte del relleno. Así como el Pokémon abraza al equipo Rocket, así la abrazaría yo en ese momento.