«¡Tanjoubi Omedetou, Karasuma!»

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Nota: En celebración al natalicio del agente más guay que ha tenido Japón y el mundo. Algo cortito :')

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Irina se arrebujó más bajo las sábanas, al tiempo que movía un poco su cabeza para acomodarse mejor sobre el pecho de su esposo, cuya respiración era tranquila y acompasada indicando un sueño profundo.

Esbozó una pequeña sonrisa al sentir que el brazo que la rodeaba por la espalda se afianzaba un poco más, evitando que se distanciara mucho de él.

Frunció un poco el ceño y alzó la cabeza, recordando algo súbitamente, ¿qué hora era? Se alzó lentamente, cuidando de no espantar el sueño de su pareja y luego se colocó a gatas sobre el pelinegro mientras extendía una de sus manos hacia la mesita de noche y tomaba el reloj digital para ver la hora y fecha.

3:15 AM, 15 de Agosto.

Ahogó un grito y dejó el reloj sobre la mesita con un golpe seco mientras empezaba a tantear a Karasuma para despertarle.

—Tadaomi —le llamó, con rostro preocupado—. ¡Tadaomi! —repitió mientras seguía zarandeándolo, alarmada.

—¿Qué? ¡¿Qué sucede?! —exclamó él, con el ceño fruncido mientras miraba aquel rostro de delicada facciones reflejando un poco de desconcierto. Había despertado minutos atrás cuando la sintió moverse y se había preguntado qué pasaba para que ella despertase tan temprano.

—Feliz cumpleaños, Tadaomi —dijo ella con el cariño que le profesaba tiñendo su voz, Karasuma cerró la boca de golpe y la miró, sorprendido—. Quería ser la primera en felicitarte este año —y sonrió. Aquella sonrisa que hacía que sus azules ojos se entrecerrasen en alegría y cariño mientras sus mejillas se teñían de un rosa tenue.

—Con que era eso —musitó él, dejando escapar el aire que no había notado contenía mientras desviaba la mirada de aquel rostro sonriente, sintiendo una calidez extendiéndose por todo su cuerpo—. Gracias, Irina —dijo buscando una de las manos de ella que aún se apoyaba en su pecho y entrelazó sus dedos.

—Haré un pastel para ti —le hizo saber ella con el timbre cargado de regocijo y él emitió un sonidito afirmativo con su garganta mientras la atraía hasta tenerla acostada sobre su pecho —también compraré sake y sobre tu regalo, tengo semanas con el —Karasuma volvió a asentir quedamente, sintiéndose feliz de escucharla.

—Gracias por recordarlo —murmuró Karasuma besando su frente, mientras acariciaba los rubios cabellos de la nuca de Irina con su otra mano.

—No hay de qué —rió ella, sintiendo como los labios de él se estiraban en una pequeña sonrisa contra la piel de su frente.

Karasuma la estrechó aún más contra sí, sintiéndose completamente feliz de saber que ella lo recordaba y más aún, que fuese la primera persona en felicitarlo.

Eso en sí, ya era el mejor regalo.

—Fin—

[Historia publicada en Fanfiction.net]

No crean que morí, aún sigo viva *música triunfal*, espero que ustedes no quieran matarme por la ausencia *gota en la cabeza*.

Este escrito es súper corto pero conciso (?). Solo quería hacer que Irina felicitara a su súper sexy esposo primero que nadie y, conociendo lo dramática que es *sonrisa nerviosa*, creo que esto fue lo menos dramático que se me ocurrió.

Fue rápido, quizá tenga algunas faltas pero solo quería colaborar y compartir algo sobre el cumpleaños de Karasuma.

Escrito bajo un extenuante calor y neuronas quemadas (lol), sin más espero disfruten este corto escrito y que estén bien :D.

¡Ja ne~!

Agosto 15, 2017.

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