Quiero romper una pared, quiero pegarle tantas patadas puñetazos y hostias, quiero escupirle a la pared; quiero llorar mientras voy a coger un martillo, quiero que suene claro cuando las grietas se formen, que cada mota de polvo, cada trozo de cemento y cada lágrima que caigan al suelo retumbe como lo hace la pisada de un elefante en un suelo de cristal. Quiero que la pared inanimada sienta cada manotazo, cada cabezazo y que hasta mis gritos consigan aletrarla, que sienta lo que he sentido yo, que no hable, que se calle; no quiero oír más sinsentidos, busco soledad; busco ruinas, busco desenfreno...pero solo obtengo callos en las manos, tímpanos destrozados, cuerdas vocales sin habla, y todo lo que quería para la pared, ahora lo sufro yo.
La repercusión que tienes en alguien también te repercutirá a ti.