Primera Ultima Vez

Aun recuerdo el día en que lo vi, como olvidarlo, no podría aunque quisiera, su hermosa voz, esa amabilidad que siempre tenia para con todos y por supuesto, esos ojos azules.

Era el primer dia de clases, al entrar por las puertas se empezaba a escuchar el barullo de los chicos conversando, a simple vista visualicé a mi grupo y fui hacia ellos. Tuvimos una buena charla antes de ingresar a nuestros cursos, me senté en mi lugar de siempre, lo era desde hace un año. Recordaba como la puerta se abrió para dar paso a lo que creí era el hombre mas hermoso que mis ojos habían visto.

Se detuvo frente a nosotros y nos saludo, su voz era magnifica, me daba la impresión que podía escucharla el día entero y no me cansaría, observe a mi alrededor y vi que casi o mas bien todas las niñas estaban igual de embobadas que yo por el nuevo profesor. Pero como no estarlo, su cabello se encontraba rapado, su rostro se veía suave como si recién se hubiera afeitado, su nariz recta y sus ojos que te robaban el aliento con solo verlos.

La semana se paso rápido, al igual que los meses y así llegamos a mitad de año. Ese día me encontraba en la biblioteca, había ido para faltar a su clase, la razón simple, no me podía concentrar y menos con todas esas chicas coqueteándole constantemente. Escuche su voz cuando saludo al bibliotecario y sus pasos dirigirse al fondo, donde yo me encontraba, decidí taparme con el libro que estaba leyendo aunque lo mas probable es que haya venido aquí buscándome.

Recordaba verlo decepcionado y eso me dolió, dijo que si no quería reprobar debería quedarme horas extras en su clase, sin mas remedio acepte.

Los días pasaban rápidos, aveces solo era acomodar libros, otros limpiar los salones y aveces acomodar las sillas. Poco a poco nos fuimos conociendo, yo descubrí que era mas bondadoso de lo que se veía, le gustaba la música y hasta me dijo que estaba en una banda. Logre ver un brillo especial en sus ojos cuando hablaba de ello, así pasaban las horas de lo mas rápido y hasta nos divertíamos.

Era nuestro último viernes juntos debido a que ya había recuperado mi nota y no estaba nada mal, en realidad hace mucho que lo había hecho pero quería seguir cerca de él aunque fuera unas horas. Me di cuenta que estaba distante, solo me hablaba para decirme cual era mi siguiente tarea, y cada vez que yo tomaba la iniciativa solo me respondía lo necesario. Terminamos rápido y nos fuimos directamente, sin quedarnos un rato a platicar como siempre lo hacíamos y eso me lastimó, pensé que a lo mejor no estaba teniendo un buen día y nada mas.

Lo saludé cortésmente y me fui, cuando estaba llegando al estacionamiento, oi que alguien me hablaba, me di la vuelta y era el. Llego hacia mi agitado y con una sonrisa, espere a que se recuperara para hablar, me dijo algo que no esperaba. Me dijo que yo le gustaba, que lo había hecho desde la primera vez que me vio y me confeso que las tareas después de la escuela eran una escusa para poder conversar.

En ese momento me sentí la persona mas afortunada del mundo, no solo por su confesión sino por lo que vino después, mi primer beso. Real y mucho mejor de lo que alguna vez había soñado porque era con la persona indicada y lo sabia.

Se despidió de mi y me dijo que el lunes fuéramos por un café después de la escuela, a lo que yo accedi encantada. Como olvidar su bella sonrisa cuando le di un beso de despedida, para luego comenzar a caminar a la parada del autobús.

El fin de semana paso de lo mas lento posible, yo solo quería verlo de nuevo, ansiaba escuchar su voz, el sonido de su risa y como se me quedaba viendo cuando nos encontrábamos en silencio.

Por fin llego el lunes, recuerdo que ese día llegue mas temprano, solo con ingresar pude notar un ambiente extraño. Había chicos llorando, algunos en completo silencio y otros que simplemente no sabían lo que estaba pasando, como yo.

Como olvidar cundo el director se acerco al micrófono para pronunciar aquellas palabras.

- Con mucho pesar tenemos que comunicarles que el profesor de segundo año falleció esta mañana en un accidente de transito.

Eso fue lo único que logre escuchar, luego recuerdo que todo se puso muy borroso y que comencé a tambalearme y ver a chicos corriendo hacia mi, como tratando de sujetarme.

Desperté en la enfermería, estaba confundida, no sabia que era lo que estaba pasando. Todo volvió a mi de golpe, comenzó a reproducirse como una película. El primer día que lo vi, nuestras charlas en el salón de manualidades, ese vez que lo escuche cantar por accidente en el auditorio, cuando confeso lo que sentía por mi, el beso que nos dimos y esa promesa de tomar un café al día siguiente.

Mientras recordaba todo aquello no me había dado cuenta que las lagrimas habían comenzado a salir, llore hasta que ya no pude mas, hasta que ninguna lagrima podía salir de mis ojos, como pude me levante de la camilla y fui al baño. Una vez allí me encerré en un cubículo y comencé a vomitar, lo hice hasta que sentí que mis entrañas ardían.

Ese día fue gris igual que todos los que le siguieron, no tenia motivo para seguir, fue entonces cuando una carta llego a mi casa. Tenia como remitente su nombre, la abrí y note que no era una carta sino una canción, Song For Someone.

Era bellisima y la había escrito para mi, con lagrimas en los ojos la guarde como si de el mayor tesoro del mundo se tratase. Me sentí feliz de haber amado y mas aun haber sido correspondida.

Muchas veces pensaba en él, en su sonrisa, su rostro siempre bien afeitado, como le gustaba ayudar a lo alumnos problemáticos, sus bromas tontas, su voz, y esa manera tan única de ser. Pero sobre todo, esos ojos azules.