Cap.2

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En Santlo hice dos amigas como dije antes.
Una se llamaba Landa era simpática si no eras un obstáculo en su camino, media tres centímetros más que yo, era un poco gordita, tenía el pelo rubio y llevaba gafas como yo.
Landa se vendría a comer a la tienda conmigo cuando terminasen las clases, a la salida antes de venirnos vi a una compañera de clase que se llamaba Daniela era todo lo contrario a Landa, ella era cinco centímetros más alta que yo, tenía el pelo negro y largo y tenía un cuerpo muy bonito para apenas tener doce años, Daniela era antipática con un toque sarcástico pero en cuanto te coge confianza es un amor, es súper segura de sí misma y siempre estaba rodeada de gente ya que todos eran sus amigos.
Pero dejando a parte las descripciones cuando la vi le dije que si quería venirse a comer con nosotras, lo más gracioso es que era la tercera vez que hablaba con ella pero aún así ella muy ilusionada me respondió que si, aunque cuando se dio la vuelta su madre estaba detrás de ella con cara seria y le respondió de manera muy graciosa y forzando la voz para ponerla más aguda y graciosa:
-Daniela Seris Villaela tú estás contando con que tu madre a salido del trabajo para recogerte del colegio y que acabas de decir que si a una invitación de una niña a la que no conozco a sus padres y sin consultármelo a mí primero?
Daniela muy sonriente le respondió con un tono muy alegre:
-Porfi mami, puedo ir?
Mi madre en ese momento se veía venir a lo lejos mientras Daniela suplicaba, landa y yo le hacíamos coro, mi madre llego y preguntó que ocurría. Cuando mi madre levanto la mirada la dirigió hacia la madre de Daniela y se quedaron calladas un momento, hoy en día ambas madres cuentan que fue como un flechazo en plan "amor a primera vista" salvo que sin amor, no saben describir la sensación pero en todo caso cuando ambas madres salieron del trance se presentaron y después de una charla la madre de Daniela le dio permiso, las tres nos subimos al coche contentas y con una sensación de victoria.
Cuando llegamos mi madre se acordó de que no le mencionó nada al respecto a mi padre pero tampoco era nada importante, al bajarnos del coche nos dirigimos en filita india hacia la puerta trasera de la tienda que daba entrada al almacén gigantesco del local, después de cruzar el almacén esquivando el producto guardado llegamos a la puerta que daba entrada a la tienda, cuando entramos mi padre estaba cerca colocando unos productos en los estantes, recuerdo que entramos una a una, primero entro mi madre mi padre se dio la vuelta dirigiendo la mirada hacia ella en ese momento entro Daniela y mi padre pego un salto y puso cara de intriga, después entró Landa mi padre pego otro salto y miro a mi madre poniendo cara rara y diciéndole las siguientes palabras:
- Como la siguiente niña que entre no sea nuestra hija tendré que empezar a preocuparme.
En ese momento yo salí por la puerta entre risas.
Mis padres se saludaron y mi madre le explico porque de repente parecía tener tres hijas, mientras tanto nosotras nos fuimos a comer, sinceramente no me acuerdo mucho a partir de ese momento, lo que si recuerdo es que después de que recogieran a Landa, Daniela se quedó dos horas más en las que estuvimos jugando en el almacén. Antes de que Daniela me hiciera una confesión bastante peculiar sobre cosas que le pasaban, para su suerte a mi me ocurría lo mismo, pero yo pensaba que era la única y ese echo me hacía sentir diferente y rara pero al ver que no era la única sentí como un peso sobre mis hombros se desvanecía, después de debatir sobre el tema junto a las madres, Daniela tuvo que irse.

Introducción de como ser siempre la nueva Donde viven las historias. Descúbrelo ahora