Prologo

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23 de Septiembre de 1998

Hace dos horas que Will había salido de casa y no regresaba. Se suponía que volvería a tiempo con la cena para su familia y que sólo demoraría unos minutos.
Su mujer se encontraba en la habitación junto a su pequeña, que con sus llantos de hambre solo aumentaba la angustia que le provocaba la tardanza de su marido. Y era de esperarse, debido a la situación en la que se encontraban, no era raro que la mujer se preocupase solo por que su marido se demorará más de lo estimado en hacer las compras. Por lo que luego de tranquilizar a su bebé, decidió tomar el teléfono y comunicarse con Will. Lo llamó tres veces, y finalmente al cuarto intento respondió.
-Will...
-Rose, escucha atentamente, estoy con Peper a la vuelta de casa -hablaba el hombre de forma rápida y con su respiración agitada,- Hay un problema, "ellos" también van para ahí...-
La mujer se quedó rígida, sus manos empezaron a temblar y la adrenalina comenzó a correr por sus venas.
-¿Co..Como? No puede ser ,no, apúrate por favor -
-Amor, has lo que planeamos ¿Si? Y luego corre hacia casa de Peper, debo cortar, las amo.
Con lágrimas de miedo rodando por sus mejillas levanto a la criatura que yacía soñando en su cama, y corrió hacia el baño. Allí, levanto la alfombra que cubría todo el perímetro del suelo, debajo de esta había una puerta cuadrada con un candado. Con movimientos torpes y rápidos por los nervios lo abrió y por una escalera descendió hacia una especie de caja fuerte gigante. En ese momento llegaron a su mente imágenes del día que decidieron construir el escondite donde se encontraban, y se sintió tonta y culpable, por no poder haberle dado a la personita que la acompañaba, la familia que merecía, por que ella sabía que las cosas no podían terminar bien, que algo malo debía pasar al final como resultado de no haber hecho las cosas correctas.
Asegurándose de encubrir bien el escondite para que nadie notase que alguien había estado allí (a excepción de unas pocas personas de confianza que sabían sobre el tema) se largó hacia la entrada de la casa apurada por los sonidos de la cerradura habriendose. Por un momento se alivio de pensar que la persona que habría la puerta era el hombre que amaba, pero sin darle tiempo a la desesperada mujer tres hombres ingresaron a la casa. Completamente vestidos de negro , y con armas de fuego en sus manos. La mujer, ingenua, trato de analizar la cara de los invasores, para tener luego a quien culpar ante la justicia. Pero no tuvo tiempo siquiera de recordar por última vez a los amores de su vida cuando un ruido ensordecedor retumbó en sus oídos, y sintió una punzada de dolor en todo su abdomen. El cuerpo de Rose se desplomó en el piso, y serrando sus ojos, se quedó dormida para siempre.









Es raro hablarle a nadie básicamente, pero si en algún momento alguien lee esto, quiero decir que gracias por que si estás acá es por algo (aunque todavía me falta mucho por escribir)♥
PD: necesito ayuda con la portada , si alguien quiere ayudar es bienvenida/o.

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