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Bueno, me presento. Mi nombre es Ana y soy mexicana. Citando a BoJack Horseman, mi padre murió y todo es peor ahora.

El jueves 14 de enero cumpliré 19 años, he ingresado a una universidad de la región en la que radico a mi carrera soñada. No siento nada, o bueno, eso desearía. Hay días como estos en los cuales simplemente desearía no sentir nada. Simplemente desaparecer un rato y que el mundo se detuviese a mi alrededor.

Los últimos días he llorado más de lo que podría contar, tampoco es como si me esforzara demasiado en llevar la cuenta. Es como si ya nada importara.

En mi universidad están empezando a dar las calificaciones de fin de semestre. Me he esforzado tanto pero al verlas siento como si todo hubiera sido en vano. Como lo imaginarán, no me fue bien. La escuela nuca fue mi fuerte, pero pienso que realmente me esforcé este semestre, también pienso que soy una inútil que no sirve para nada. Tal vez debí de haberle hecho caso a mi difunto padre y haber estudiado lenguas en vez de una ingeniería como yo quise. A veces me gusta pensar que se equivocó y que sí estoy hecha para esto, que lo que me está pasando no es más que un tropiezo y que siempre que me esfuerce puedo lograrlo, pero la aplastante realidad es que probablemente nunca sea lo suficientemente buena para lo que estoy haciendo, y que probablemente solo sea otro más de esos sueños que se quedan en eso, simples fantasías sacadas de una mente que no puede aceptar sus propias debilidades.

Mi pequeño espacio de expresiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora