-Hugo, mis padres me mandan a casa de mi tía,me marcho mañana a España.
Lo dijo y sintió como si alguien tratara de arrancarle el corazón .Mariana no podía creer como con tan solo catorce años pudiera sufrir tanto, pero no podía hacer nada mas que llorar. Hugo la abrazó, no quería soltarla, ella no sabía que esas palabras le dolian mas a él que a ella.
-Mariana, yo te amo.-Y Hugo la besó como si jamás volviera a poder besarlos.
Ya había anochecido y ambos regresaron a sus casas, que se situaban en caminos opuestos.Mariana no podía parar de llorar mientras caminaba hacia su casa.Hugo no podía imaginar una vida sin Mariana. Ella al llegar a casa hizo su equipaje derramando sus lágrimas en éste. El se encerró en su habitación a llorar como nunca lo había hecho por nadie.
A media noche Hugo quería ver por última vez a Mariana y camino hasta su ventana y lanzó una piedrita a su ventana.Ella lo escuchó y al ver a Hugo se secó las lágrimas y salio sin que sus padres la escucharan.El cielo estaba estrellado,caminaron en silencio hasta llegar al campo que había entre sus casas.Se hecharon en la hierba mojada y ella lo abrazó.
-Lo siento-dijo Mariana-No sé que haré sin ti.
Él se quedó en silencio, reprimiendo sus lágrimas, si ella se marchaba su vida se acabaría, tendría todo en su contra. Mariana apareció cuando sus padres murieron iluminando su vida con su sonrisa.
-Te amo-susurró Hugo en su oído.
-Yo tambien-respondio Mariana.
Mariana se durmió en sus brazos y él la amo la más que nunca.
A las seis de la madrugada Mariana se despertó, su vuelo salia a las diez y aunque no quisiera irse jamás de allí debía volver a casa dejando atrás a la persona que le hacía tocar las estrellas.
Hasta pronto -dijo hugo y una lágrima calló por el rostro de Mariana,en ese momento sintió que ya nadie trataba de arrancarle el corazón, porque ya se lo habían llevado, dejando dolor y vacío en su interio.Ambos desearon poder volver a verse, lo que ellos no saben es que no será sencillo.