¿Mi salvación? *En edición*

Capitulo14: un resumen de 14 días

Narra Lisi

Habían pasado 14 días, desde que había visto a Max, había visto diario a Leo porque él iba a verme a mi departamento y me pasaba los trabajos y se quedaba conmigo y pasábamos toda la tarde juntos, también había venido mi hermano a verme y se quedaba a veces conmigo en las noches para que no me quedara sola, realmente no había pasado mucho en estos dial o al menos no nada interesante más que me había acercado más a Leo pero lo empezaba a querer como un hermano más que como otra cosa y estaba superando a Max.

Pero era el día de volver a la escuela, al día siguiente seria el baile y tendría que ir de compras por un vestido e iría con Azu después de clases, así que ese día me levante temprano y me duche, me coloque una blusa algo escotada y un pantalón de mezclilla pegado y unos tenis. Después de desayunar decidí que iría en mi coche así que le quite su funda y tome las llaves, al llegar a la escuela todos se me quedaron viendo pero no me importo en lo más mínimo.

Al llegar al salón me di cuenta que estaba ahí Jeny y Max atrás de ella así que solo los ignore, ya no demostraría que me afectaba, en el transcurso de 15 minutos llego Leo y me saludo, también mi hermano y Azu quien se sentó conmigo.

En el transcurso de las clases sentía la mirada de Max clavada sobre mi espalda, intento buscarme en el recreo pero me escondí de él en mi lugar secreto.

Al finalizar las clases era hora de ir de compras con Azu así que la tomé del brazo e hice que caminara lo más rápido que podía hasta el coche para evitar a Max y lo logré, pero no del todo porque al llegar a mi coche estaba Jeny parada junto a él.

-¿Qué ya te metiste con un narco?

- Si fuera así o no, a ti qué te importa.

-Yo no pensé que fueras de esas.

-Y yo tampoco pensé que fueras de las que le roban el novio a sus amigas, pero ya ves... las cosas no son lo que parecen.

-¿Yo? Pero si fuiste tú, ya sabías que Max me gustaba y de todos modos anduviste con él.

-Yo no sabía, pero de cualquier manera él nunca fue nada tuyo, nos gustábamos y no tenía nada de malo que anduviera con él. En cambio tú te metiste y me lo bajaste. Claro que yo sé que no sólo fue tu culpa, sino también la de él por corresponderte.

-¿Acaso no sabías que él nunca te engañó? La realidad es que esa noche yo vi que Max estaba solo y bastante tomado, así que era cuestión de tiempo esperar a que estuvieras suficientemente cerca para que nos vieras sin que él te hubiera visto, en ese momento aproveché y lo besé. Antes de que él supiera lo que estaba pasando tú ya te habías ido, pues estabas segura de que los dos estábamos jugando contigo.

- Eres una hija de tu...

Lo que sucedió enseguida fue de un momento a otro. En un instante le solté un golpe y al otro ya la tenía en el suelo. Empecé a golpearla sin poder detenerme, recordando que ella había hecho de mi vida un infierno. La seguí golpeando hasta que sentí cómo unos brazos me tomaban por la cintura y me separaban de ella, era Leo.

Me abrazó fuerte sin decirme nada hasta que me tranquilicé.

Nos subimos a mi coche y en la parte de atrás venía Azu.

Al empezarnos a alejar para ir al centro comercial sólo vi cómo Max ayudaba a Jeny a levantarse y se dirigían hacia la enfermería.

Pasé la tarde en el centro comercial con mis amigos Leo y Azu, comimos helado, platicamos, la pasamos muy bien y me ayudaron a elegir mi vestido.

Hasta me di cuenta de lo mucho que me había perdido cuando decidí no tener amigos, después de ser traicionada por una persona. Es bueno ver que no todos son así.

Después Leo se fue a su casa y Azu y yo nos fuimos juntas, una de las ventajas de ser amigas y vecinas.

Ya en mi habitación me recosté en la cama y me puse a reflexionar sobre lo que había pasado ese día. Y me di cuenta que Azu y Leo tenían cierta química en común. Creo que harían una linda pareja.

Me asomé por la ventana que daba a la habitación de Max. Después de 14 días sin verlo, se veía muy distinto, algo había cambiado aunque realmente no sabía qué.Lo que sí sabía era que se veía feliz. 

Yo había aprendido a vivir sin él y como los dos estábamos bien me di cuenta de que tal vez si estábamos destinados a estar juntos, pero simplemente no era el momento.