Reconquista, OS.

1/1.

Michael.

Me desperté por el sonido de la alarma en mi celular. Eran las 6:20am.

Voltee a mi derecha y ahí estaba él, como todos los días. Hace un par de meses habría besado su frente, pero ya no es igual. Seguimos juntos creo que por la rutina y por los niños, no diré que no lo quiero, lo amo, pero nos hemos alejado un poco. Supongo que se debe al estrés del trabajo, vamos, ya no somos adolescentes, ahora tenemos responsabilidades y yay que cumplir con ellas. Aparte, no creo que él se alegre mucho si yo lo beso. Es muy complicada nuestra relación y son escasasas las veces que Luke y yo nos demostramos cariño, creo que los niños lo han notado.

Me levanté arrastrando mis pantuflas hasta el baño. Mi cabello no lo tenía desde que tenía 23, ahora tengo 30 y ya no es lo mismo. Empieza a gustarme mi color rubio natural.

Me di un baño, luego fui al closet que comparto con mi esposo y tomé mi traje negro, tenía mucho trabajo en la oficina.

Salí ya vestido del closet gigantesco. Vi a Luke salir del baño con una toalla en la cintura, por alguna razón me provocó ir y besarlo.

- Buenos días, Mike. - Me dijo sin quitar su mirada de su reflejo en el espejo.

- Buenos días, Lucas. - Caminé hasta la cómoda para buscar mi perfume y rociarmelo sobre la ropa.

Pude ver a Luke rodando los ojos porque lo llamé Lucas.

Amanda, nuestra pequeña hija de 7 años (la adoptamos cuando ella tenía 3) entró a la habitación con una radiante sonrisa y con el cabello húmedo.

Para tener 7 años, ya se despertaba sola.

- Papá Gordon, ¿Me peinas? - Me miró y extendió su cepillo rosado.

Asentí y procedí a cepillar su cabello por unos minuto hasta que estuvo listo.

- Eres el mejor, ahora iré a vestirme para la escuela. Nick está bañándose. ¿Dónde está papá Luke?

- Aquí, mi princesa hermosa. - Luke salió del closet y vestido con su traje gris. Mi esposo aún era ardiente, lastima que las cosas no están del todo bien. Cargó a la pequeña Amanda y besó su frente.

- Iré a ayudar a Nick a vestirse. - Me puse mi reloj y salí de la habitación hacia la de mi hijo menor, de 5 años, adoptado a los 2.

Entré a la habitación color azul y vi a mo hijo con el informe tratando de atarse los zapatos.

- ¿Te ayudo, campeón? - Pregunté recostado de la puerta.

- No papi, yo puedo. - Dijo y vaya que pudo, se las amarró solo. Qué rápido crecen.

Bajamos a la cocina y ahí estaba Amanda colocándose un lazo en el cabello y Luke sirviendo el desayuno. Para mi sorpesa, me hizo desayuno a mí. Normalmente yo tengo que cocinarme en las mañanas.

Nos sentamos todos a desayunar los huevos con tostadas que preparó Luke. La comida de Luke es mi favorita, espero él lo recuerde, porque ya no se lo recuerdo como antes.

Me limpié la boca con una servilleta y tomé mi plato junto con el de Amanda, ya que eramos los únicos que habíamos terminado de comer. Luke y Nick aún tragaban.

Busqué mi maletín en la habitación y bajé de nuevo.

- ¿Quién quiere que papá Michael lo lleve al colegio? - Pregunté.

- Yoooo. - Nick salió de la cocina y lo alcé en mis brazos.

- Yo también, papi. - Amanda traía su mochila de lado ya que intentaba meter su tablet ahí dentro.