La trampa del soborno

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Hace unas horas.

Quiero que vallan a sobornar a un feudal. Se lo dices a Kakuzu, Hidan.

− ¡Pero a él no le gustará! ¡Ni si quiera me presta a mil!- exclama Hidan.                                              

−Se lo dirás en camino para allá, solo esperemos que acepte dar el dinero.                                     

 −No creo que acepte, además, ¿cómo le aviso si tengo que decirle que lleve dinero?                

−Fácil: Llevas el dinero oculto en una mochila.                                                                                                     

 −¡Mierda! Será más fácil decirlo que hacerlo.

En la actualidad.

−¿Sabes? No somos nadie −Dice un alvino tratando de iniciar una conversación                                     −¿Sabes? No me importa− Le contesta con tono de burla.

−¡Deberías estar preocupado! Solo te la pasas juntando dinero y nomas.

− Es mejor que soportarte.

−¡¿Pero qué?!− Dice enojado el alvino.

−¡Hidan ya cállate! Que no pararemos de caminar hasta llegar.

−Pero si ya caminamos como doce horas, estoy cansado.

−Eso no es escusa para berrinches, no eres un niñato.

−¿Niñato?

−Además, tú te cansas, tú quisiste ir hasta allá, tú llevas esa pesada mochila, así que tú te aguantas.

−Pero hay una misión que hacer, ya te lo dije.

−Si, lo sé, sé que hay una misión, que no me has dicho de que se trata solo que es en aquel lugar.

−¡Es muy importante! ¡Ya te lo dije!

−¡No me has dicho de que se trata! ¡Así que no te puedes quejar tanto!

−Kaku−san, ¿no se puede enojar tanto o si?− Digo una vos atrás.

−Y no sé, porque te traes a Tobi. Soportarlo a él y soportarte a ti, es trabajo doble− Empieza a caminar rápidamente.
−¡Espera! Qué me estoy cansando.                                                                                                                        −Ha. Tobi se va a divertir –El enmascarado empieza adelantar el paso.


Pasaron 15 minutos desde la última conversación, el silencio era inquietante, Hidan no decía palabra alguna de lo que se trataba la misión, mientras que Tobi se la pasaba en su infinita nube infantil. Hidan trata de pensar una forma de decirle a su compañero sobre el soborno que tenían que hacer al señor feaudal pero, no tenían idea alguna de cómo hacer que su compañero se separase de su apreciado dinero.

−Tobi esta aburrido, Tobi cantara –Va mencionando animado el enmascarado

−No Tobi, no quiero soportar algo más que Hidan.

−¿Por qué te lo trajiste? No creo que sea útil.

−Bueno... veras que....

Hace unos horas.
No estés con tus disparates, que él se enoja fácilmente−Digo un peli naranja..

La trampa del sobornoWhere stories live. Discover now