Traición

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Nota: Hola, se que nos volvemos a ver y tras mucho pensar en esto creí que seria mejor reescribir este FF pero desde una perspectiva distinta, retomo esto con la mirada subjetiva de Ezreal, creo que ahora se asemeja mucho mas a mis escritos actuales, espero que lo disfruten tanto como yo y lamento todo esto uwu, los quiero pequeños conejitos <3

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Todo el mundo dice y comenta que el amor verdadero es el sentimiento mas hermoso que puede anidar en tu pecho, una emoción tan malditamente fuerte que puede doblegarte ante una persona, un sentimiento en el que tarde o temprano puedes caer, aunque quizá nunca encuentres a tu alma gemela, pero esas historias de amor eterno son puras patrañas.

Se suponía que el estar enamorado es algo así como un tipo de enfermedad con unos síntomas muy extraños, entre ellos se encuentra la necesidad de estar junto al otro, la extraña preocupación, aceleración del pulso, sonrisas tontas, mariposas en el estomago, temblor de piernas, entre otras muchas cosas que dependen del paciente. Claro, cada uno responde a distintos síntomas cuando esta enamorado.

Y así solía pensar yo, creía que el primer amor era el mas importante, el que duraría toda una vida. En aquellos viejos tiempos mantenía una relación prohibida con un soldado de alto rango en una tropa Demaciana. Lo nuestro era acaramelado, dulce como la miel, un sentimiento que no podía arrancar de mi pecho por mas que quisiera, estaba simplemente encantado por aquel hombre.

Cuando miro a aquellos días entre mis recuerdos el pecho duele y mis ojos simplemente sueltan las emociones dolidas de un amor corrompido por las mentiras.

Siempre que lo pienso viene a mi aquel dia invernal, en el cual habíamos acordado encontrarnos en uno de aquellos tantos callejones Demacianos, para ser especifico decidimos vernos en el callejón que vio nuestra relación nacer, allí entre silenciosos muros que se habían vuelto nuestros profundos cómplices.

Sabia que allí mismo había nacido el amor, los besos fogosos y me avergüenzo muchas veces de darme cuenta lo indecente que fui al dejar que mi primera vez fuese en un sucio callejón, pero nada de eso importaba ahora, solo queda un sabor a hiel cuando me embriago entre esos recuerdos de una época feliz.

Llevábamos siendo amantes exactamente 1 año y 3 meses, yo estaba totalmente enamorado, así como alocado, cegado por la amabilidad del soldado de larga cabellera, el único que lograba hacer que mi pulso se acelerara con tan solo posar sus ojos gentiles en mi.

Mil veces soñé despierto en lo que haríamos una ves llegase el dia en el que estuviésemos juntos, mil veces me dormí ansioso solo por que a la mañana siguiente vería a aquel hombre con el cual tenia una relación peligrosa, prohibida, ya que estaba mal visto en Demacia que 2 hombres se besaran, ellos siempre tan arraigados a sus costumbres, odiando todo aquello que se sale de sus estándares.

Muy a pesar del gélido clima que me pedía estar calidamente abrazado a mi cama, yo me encontraba allí, parado en ese callejón lleno de recuerdos y vivencias, parado, esperando a que aquel hombre apareciera delante de mi con su fornida figura, pero el tiempo transcurría tan lento que me desesperaba, si bien había decidido llegar unos minutos antes al lugar de nuestro encuentro parecía como si el maldito tiempo no avanzara en lo mas mínimo.

Mi mirada se posaba ansiosa en la única entrada al callejón solitario, la mariposas revoloteaban furiosas en mi estomago debido al gran nerviosismo y mi nariz se tornaba fría debido a la brisa helada que resoplaba dejando un cántico silencioso tras de si.

Los minutos transcurrían y sin ninguna señal de que el hombre aparecería, yo guiaba mi mirada hacia alguna cosa que pudiese mantener mi mente ocupada. Las aves que surcaban el cielo, las lineas entre las baldosas del suelo hasta las ventanas que se encontraban en lo alto.

Listen to your heart (abandonada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora