Ella

5 0 0
                                    

Hubiese sido un día como cualquier otro de no ser por el hecho de que verla le puso los principios patas arriba. Era un mediodía como lo eran y como habían sido los últimos de agosto de los últimos años. Tocaba la guitarra frente al museo Dalí a pleno sol y pulmón; justo frente al desfile de personas de todas las nacionalidades, edades, colores y formas habidas y por haber. Recuerda ahora, al mirar atrás, que fue uno de aquellos muchos días en los que todavía hacia Covers para canciones bonitas y conocidas. Todo cambió ese día, su música, su forma de ver los colores, de entender la música, de respirar, de soñar. Stene dejó de ser músico callejero a secas, para convertirse en poeta por obligación. Sus pupilas se tornaron dilatadas para siempre y solo entonaba su cerebro una melodía que llevaba un nombre: Elisa.

Músico callejeroWhere stories live. Discover now