Capturen a Casanova

Prologo

"Algunas personas cambian y Algunas simplemente nunca podrán cambiar, No puedes borrar las palabras que deseas nunca haber dicho, Tienes las manos arriba tratando de alcanzar algo que jamás llegara a ti y dejas escapar un suspiro, Así que solo sonríes justo antes de caer. Promesas que se rompen y las personas solo te mienten, Todos tenemos cicatrices en el corazón, tu solo te escondes en tu interior"

...

Ella era un lobo vestido de oveja, destacaba en el rebaño por su extravagante cabellera dorada, figura de reloj de arena, rostro ovalado que era fielmente adornado por una mirada azulada y como cereza del pastel poseía una tez color canela.

Pero no solo su apariencia provocaba que los hombres cayeran a sus pies. Su personalidad seductora, simpática, inteligente y elocuente, ese era su más grande atributo. 

Poseía un carácter fuerte, que no tenía nada que envidiar a los representantes del sexo masculino, como ellos, era ambiciosa, valiente, impaciente, incluso autoritaria.

Muy perfecta ¿verdad?

 Esta espléndida dama poseía un pequeño pero a su vez atroz defecto.

El único problema es que tenía un corazón muy amplio, ahí había espacio para todos los hombres: desde mujeriegos, tímidos, desconsolados, amargados e incluso machistas.

Ivanna Ricci era mejor conocida como "Casanova", Era el tipo de mujer que pensaba como hombre y actuaba como uno.

Tanto en la universidad y como en el trabajo era tratada con sumo cuidado, algunos hombres solo se dejaban llevar y caían rápidamente en su encanto mortal, otros intentaban seguirle ese juego que sabían que ella siempre saldría vencedora y por ultimo estaban esos que solo huían de ese depredador encarnado en una mujer.

Ese tipo de hombre que se escapaba de las garras del lobo, tenía nombre y apellido. Alexander Schell era un romántico empedernido que poseía la firme ilusión de que algún día encontraría el amor verdadero. 

Era un hombre tímido, taciturno y solitario que se refugiaba en su trabajo como editor de novelas de romance juvenil.

Él siempre mantenía su distancia pero para su mala suerte, ella era la directora de la editorial. Hablaba lo necesario con esa mujer que no hacía más que seducir a todo lo que gozara de un buen aparato reproductor masculino.

Pero todo puede cambiar en una noche.  

 —Cariño, Ahora ni me recuerdas. Es una lástima que pierdas de tu memoria una noche tan movida—recorrió con sus dedos el pectoral de ese hombre, que no hacía más que mostrar una mirada llena de pánico.

— ¿Que hicimos exactamente?—su voz temblaba al pronunciar esas palabras, con rapidez dio un vistazo debajo de las sabanas para comprobar lo que más temía en ese momento.

¡Estaba completamente desnudo!

—Te dejo una pequeña lección, nunca digas de esa agua no beberé—ahí estaba esa sonrisa maliciosa, la cual llevaba a la perdición a cualquier hombre.

¿Creen posible que Alexander logre capturar el corazón vil de esta Casanova?

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Saludos lectores, bienvenidos a Capturen a Casanova un lugar donde todo puede pasar. 

Próximamente les traeré el primer capitulo, mientras tanto disfruten este pequeño vistazo.