Un ruido lejano me despertó de mi escaso sueño. Había estado hasta las 3 de la mañana intentando pasarme un jefe del Dark Souls III y apenas había dormido unas 5 horas hasta que un molesto ruido había perturbado mi sueño. Me levanté lenta y perezosamente de mi cama y me dirigí al baño para lavarme la cara mientras ese insistente golpeteo en la puerta continuaba. Aún medio dormida y colocándome las gafas, me dirigí a la entrada de mi apartamento y pregunté con voz adormilada.
- ¿Quién es?... – dije entre bostezos.
- ¡Cynthia, soy yo! ¡Ábreme la puerta de una vez, que llevo aquí media hora llamando! – dijo una voz grave.
- ¿Caleb? – extrañada le abrí la puerta.
Un chico alto y delgado, con cabello pelirrojo y rizado algo revuelto y unos brillantes ojos verdes entró rápidamente a mi apartamento nada más quité el cerrojo de la puerta. Este es Caleb, mi mejor amigo desde hace años cuando nos conocimos en el primer año de secundaria. A veces es algo irritante para algunas personas y su actitud es muy desafiante y burlona con las personas a las que no soporta, pero en el fondo es un chico con buen corazón y responsable que se preocupa por sus amigos. Sin olvidar las bromas, Caleb no sería Caleb sin sus bromas y su humor absurdo, pero aún así se le quiere.
- ¿Es que si no vengo yo a por ti no apareces en la uni a tiempo? ¿Soy tu niñera acaso? – se cruzó de brazos mirándome desde sus 184 cm de altura.
- Yo no recuerdo haberte pedido que vinieses, si eres mi niñera lo eres voluntariamente – refunfuñé y lo miré desafiante, para luego dirigirme a mi habitación – Ayer estuve hasta tarde intentando derrotar a los Vigilantes del Abismo, ya sabes que cuando duermo poco da igual como me intentes despertar que no me voy a enterar.
- ¿Otra vez has dormido poco? Entiendo que fueses así cuando estabas practicando para el EVO pero eso ya pasó y las clases han comenzado, deberías intentar dormir más – me regañaba mientras me seguía hasta mi habitación y me esperaba fuera de ella, apoyándose en el marco de la puerta de espaldas.
- Venga ya, no sé a quién intentas engañar, tú te pasas noches enteras jugando al World of Warcraft, no intentes darme lecciones ahora – le respondí burlona mientras me cambiaba en mi armario.
- Pero yo al menos no necesito dormir tantas horas como tú, y sabes que con las clases por la mañana apenas juego por la noche – le escuché desde fuera de la habitación.
Terminé de colocarme las lentillas y me cambié rápidamente a un top de manga larga de color granate, unos vaqueros largos y ajustados, mis zapatillas favoritas y la gargantilla que mi mejor amiga me había regalado al cumplir los 16 años. Salí de la habitación y me planté delante de la alta figura de Caleb.
- Bueno, perdono tu gran ofensa hacia mi persona si me invitas a café antes de ir a clase – le saqué la lengua a lo que él se rio alegremente.
- Está bien, pero otro día pagas tú, que con la cantidad de café que bebes a la semana me vas a arruinar – se sentó en el sofá mientras yo me dirigía al baño – No tardes mucho en maquillarte, enana.
- Dame 10 minutos y estaré lista – me acerqué rápidamente por detrás y aproveché que estaba sentado para tirarle el cuello de la camisa hacia atrás – Y creo que ya te había dicho que como me volvieses a llamar así te daría una paliza, no me obligues a hacerlo – le miré desafiante a lo que él respondió con una mirada de disculpa.
- Ya sabes que siempre te lo digo de broma y con cariño – me sacó la lengua y le solté la camisa para irme corriendo al baño para arreglarme.
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Game Over, Heart
Teen FictionEra difícil que algo, además de los videojuegos, la música y sus amigos, importasen realmente y llenasen el corazón de Cynthia a sus 20 años de edad. Pero un día todas sus convicciones y perspectivas son puestas a prueba por un desconocido que conta...