|1: No te acerques.|

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Wolverhampton, Reino Unido.
16 de Octubre del 2016.
19:34 hrs.

Ruidosos y espeluznantes truenos se escuchaban en la silenciosa ciudad. Normalmente a esta hora de la noche las familias acostumbraban a salir de sus casas y pasar un agradable rato charlando unos con otros mientras observaban a sus pequeños hijos correr y jugar libremente gracias a la ausencia de un molesto sol.

Las personas solían hacerlo, solían. Los tiempos habían cambiado  y junto con este inesperado cambio las consecuencias no fueron de lo más agradables.

Calles oscuras con un silencio aterrador. Wolverhampton ya no era esa linda ciudad agradable, en cambio se había vuelto un nido de los sucios actos ocultos en esas misteriosas esquinas.

Todos preferían callar y fingir no haber visto nada, eso, si no querías dejarlo a tu suerte. No existe la misericordia, no existe la felicidad y mucho menos existe la seguridad. Tú tendrás que defenderte con tus propias uñas porque nadie moverá un dedo en defensa tuya.

"Señor,  la entrega aún no está disponible" el alfa miró a su trabajador con ceño fruncido. "La lluvia no está ayudando y hemos decidido no continuar."

Los hombros del intimidante castaño se tensaron. ¿Desde cuándo se sentían con la jodida autoridad para hacer algo sin su permiso?

"¿Me recuerdas tu nombre?" hizo una seña con su dedo indicando que hablara.

"Sean, señor."

"Muy bien, Sean. Si no me equivoco la entrega era para un 16 de Octubre y ¿qué día eso hoy?" fingió recordar la respuesta. El chico  tan sólo se mantenía tieso mirando las expresiones de su jefe. "¡Mira qué sorpresa! Hoy es el maldito 16 de Octubre y no veo mi jodido dinero en frente mío. ¿Entiendes a lo que me refiero?" Sean guardó silencio. "¡Por supuesto que no lo entiendes! Más les vale a ti y cada uno de los idiotas que están allá afuera continuar con la entrega. No me importa que esté lloviendo, no me importaría que esté nevando y ¡ni siquiera me importaría que viniera el puto Zeus y los partiera en dos con una maldito rayo!"

El chico retrocedió al escuchar los ensordecedores gritos de su jefe y tan sólo asintió como un cachorro asustado.

"Enseguida le digo a los demás, señor" tomó el picaporte de la puerta casi corriendo para así salir y reclamar a sus compañeros por haberlo dejado ir a la boca del lobo. Apestaba ser nuevo en esto.

Harry tomó un poco más de su café cargado y siguió llenando los documentos que parecían no tener fin. Todo sea por el dinero, ¿no?

"Qué humor de mierda llevas hoy, Styles" entró la única persona con la cual Harry Styles ha mantenido una relación fuera de lo 'laborar' si se podía llamar así a lo que hacía. "¿No te sirvió aquella follada con aquel rubiecito de la otra vez?"

"Sabes que no hubo ningún rubio, Liam. Yo no me metería con esa zorra."

"¿Zorra, eh?" rió sentándose en el sillón ubicado al lado del escritorio de su amigo.

"Sí. Hijo de un cliente sin importancia, creyendo que me hacía un favor al restregarse a mí" cambió unos papeles de carpeta y miró a su amigo. "Lo hice volar."

"¿¡Lo mandaste a matar, Styles!?"

"¡No! Ganas no me faltaban. Lo desaparecieron por mí" sonrió socarronamente.

Stay Away. | Larry Stylinson OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora