Día 7

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DOBLE

Justo después del desayuno habían metido a la mochila las pocas prendas que habían sacado, preparandose para regresar a casa.

—Me pareció muy corto el "escape" —dijo Steve.

—Solo era por un día, por eso nos pareció corto. —Tony buscaba las llaves de su auto— . Tal vez podríamos venir más seguido aquí, me gusta este lugar.

—Sería un placer para mí.

Steve tomó la mochila junto con su escudo y había empezado a caminar hacia el auto, cerrando la puerta de la cabaña.

—¿El reto de hoy?

—Oh, no lo sé Tony, dejé el papel en casa.

El mencionado asintió, le gustaba mucho hacer esos retos.

Ambos subieron al vehículo y le dieron el adiós a la linda cabaña, prometiéndose regresar más seguido.

Esta vez había manejado Steve, pues Tony aún se sentía algo cansado, así que durmió por más de la mitad de las horas de viaje.

Al llegar, a Steve le dio algo de pena tener que despertar a Tony, es que se veía tan hermoso.

Pero tuvo que hacerlo.

Subieron a su piso en la torre.

J.A.R.V.I.S. le había informado a Tony que había recibido un mensaje de la señorita Potts diciéndole que para cuándo tenía pensada la fiesta con los socios.

Stark rodó los ojos, ignorando de momento la llamada.

Lo primero que hizo al subir fue buscar el papel con los retos.

Steve se sorprendió y sonrió cuando lo vio con la hoja entre las manos.

—Tan ansioso como siempre, Tony.

Entonces, por primera vez en lo que llevaban de retos, Tony había sido quién había leído el reto de ese día.

«7. Tengan una cita doble con sus mejores amigos».

¿Qué? ¿De verdad? De tantas cosas fabulosas que podían haber salido, ¿En serio eso eso era lo que tenían que hacer?

—No me gusta.

—Pues a mi me parece una buena idea.

—¡No tenemos a nadie a quien invitar!

—¿Como que no?

—Brucie no tiene a nadie, o eso espero, ningún mortal es digno de él; Clint creo que andaba echándole el ojo a un chico de cabello blanco que vio en una carrera de atletismo, pero ellos nunca han hablado; y a la arañita no hay nadie que la soporte, así que no.

En esos momentos, ambos parecieron pensarlo un poco.

Y de repente, la mueca de desagrado que tenía Tony por la idea cambió totalmente a una sonrisa.

—¡Ya sé!

Y Steve puso una cara de temor.

—Ay no, que no sea lo que estoy pensando, Tony.

Era inútil, si lo era.

—¡Saldremos con ricitos y cuernitos!

—¿Qué clase de veneno es este?

—No es veneno, es caldo.

—Sabe a veneno, cocinas bastante mal.

Diez días | StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora