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Jimin soltó un gemido leve, de puro dolor y dejó la caja en su sitio. No sabía cuantas cajas había descargado ya, pero la situación empezaba a ser incómoda y molesta. Su espaldita de 14 años comenzaba a crujir de vez en cuando y sus brazos estaban machacados, pero todo era por ayudar a sus padres con la mudanza, para que se sintiesen orgullosos de él.

Sus padres, no paraban de descargar cajas desde el camión de mudanzas hasta su casa, así como unos señores que sus padres habían contratado. Cuanta más ayuda tuviesen, antes terminarían de desempacar todo, así que Jimin, con sus habituales buenos modales, ayudó a sus padres sin problemas. Pese a no tener mucha fuerza, no rechistó la carga de tanto peso. Pero realmente le molestaba que su hermano le mirase sin hacer nada.

— Caja número 854 - suspiró - vamos allá, papá, ¿hay que llegar a las 1000 cajas hoy para salir en el libro de los récord Guiness? 

— Eres un exagerado hyung - tosió su hermano Park JiHyun.

Park JiHyun, hermano de Jimin, tenía 18 años, por ende, cuatro años más que Jimin. Cuatro años más de experiencia, de vida. Y aún así, no había ayudado a mover ni una sola caja a su mismísimo hermano pequeño, simplemente se dedicaba a mensajear con su teléfono a su ex-novia. Misma que había dejado horas antes de mudarse vía Whatsapp, de manera bastante cobarde.

— ¿Exagerado? - abrió sus ojitos - prueba a mover cajas y déjame a mi en tu posición, a ver si así sigo siendo un exagerado.

— Bff, la adolescencia -se quejó JiHyun - que sepas, que me estoy despidiendo correctamente de ella, ya que las cosas no habían quedado suficientemente claras. Pensábamos seguir juntos, a distancia, llamándonos por Skype y cosas raras de esas. Pero ya sabes, fuimos maduros y decidimos que  a cosa no iba a funcionar.

— Bueno vale, tampoco me cuentes tu vida y haz algo. - se cruzó de brazos

JiHyun rodó sus ojos, poniéndolos en blanco y dejó el móvil a un lado. Acto seguido, cogió un par de cajas de las manitas de Jimin, librándose así de todo tipo de peso. Jimin suspiró aliviado y agitó sus manos, que tenían un cierto tono rosado de cargar tanto peso, estas ardían y dolían de tantas horas de esfuerzo.

— Anda, sube un rato a explorar la casa, pequeñín . - Jimin asintió y dio palmaditas en señal de estar de acuerdo.

Jimin corrió como una bala hacia su nueva casa, le parecía bonita por fuera, así que no quería imaginar como era por dentro. Parecía una casa de muñecas y, a decir verdad, era su casa de ensueño, su casa soñada. Lástima que solo fuese temporal por el trabajo de su padre.

Jimin miró la casa, todas y cada una de sus esquinas y se sorprendió de la belleza que esta llegaba a poseer. Era de un blanco muy pulido y limpio, con algunos detalles de madera. Simplemente preciosa. La cocina, no se parecía en nada a su antigua cocina de Corea. Esta tenía un aire moderno, minimalista. En definitiva, un espectáculo visual para los ojos de Jimin.

Este subió unas escaleritas en forma de caracol, la curiosidad le carcomía y no sabía que se podría encontrar arriba, aunque lo supuso, habitaciones, baños y más habitaciones. De la emoción tropezó un par de veces con los cables y los muebles, pero no le importaba, ya que tenía rasguños anteriores de haber jugado con sus amigos al fútbol.

Llegó a la habitación de sus padres; era bonita, pero muy simple para un niño de 16 años. Tenía un gran armario, acompañado de una gran cama, con un colchón muy blandito. Recordaba saltar y jugar mucho en él cuando era más pequeño. Jimin se tiró encima de él para recordar los viejos tiempos y disfrutó de su comodidad por unos minutos, mirando a la terraza que se encontraba en la habitación. No había televisión, videojuegos ni nada por el estilo, ya que era un tanto cutre, propia de los adultos. Tan solo había una cama, unos cuantos cuadros, un armario y unas cómodas.

  —Papá y mamá, nunca entenderán lo divertido que es ver la televisión hasta las tantas, o jugar videojuegos. - susurró para sí mismo. 

Más tarde, emprendió su camino hacia las otras habitaciones, después de hacer una parada para hacer pis, claro. Ahora tendría que escoger con qué habitación quería quedarse, porque la otra sería para su hermano.
Por ello, Jimin se iba a encargar de analizar las dos con cautela para poder decidir.

—Hmm, ya verá JiHyun hyung. En esta casa no va a pasar lo mismo que la anterior. ¡Me voy a quedar con la habitación más guay! Y él... ¡Él se va a fastidiar! - vociferó dulcemente.

—¿Qué?

—No, nada.

  — Te he oído, eh.

— ¿Entonces para qué me preguntas? - Jimin se cruzó de brazos. 

  — Eres adorable, Jimin.

— Yah! Tengo 14 años, déjame en paz! Ya no soy un bebé!  

  — Claro, por eso nos estamos peleando por ver quien tendrá la habitación más grande.

— Tsk, y seré yo, por supuesto - Jimin chascó la lengua.  

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⏰ Última actualización: May 16, 2018 ⏰

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