daddy's little boy. [l.s]

capítulo 2; thank you

louis fue el primero en despertar, lo primero que notó al abrir los ojos fueron unos fuertes brazos que rodeaban su cuerpo; sonrió, harry había cumplido su promesa, seguía a su lado. lentamente se dió media vuelta y se acomodó para obtener una mejor vista del dueño de sus pensamientos en ese momento. un pequeño suspiro salió de sus labios al darse cuenta de lo suertudo que era al tener a un hombre como harry a a su lado.

sin querer despertar al mayor se fue levantado de la cama a la vez que reemplazaba su cuerpo por un almohada el cual el rizado apretujó a gusto.

quería demostrarle a su novio de alguna forma lo agradecido que estaba por lo que había sucedido anoche, sabía que no era fácil lidiar con los ataques de pánico de otra persona y sabía que si el se cansaba simplemente podría darse la media vuelta e irse, pero eso no pasó, harry se quedó a su lado toda la noche protegiéndolo y louis no podía estar más agradecido.

a pasos delicados se encaminó a la cocina y se quedo unos segundos parado en el marco de la puerta de esta pensando con que podría sorprender a su papi, un rápido recuerdo le vino a la mente en el momento en que comenzó a inspeccionar la cocina, harry y él se encontraban felizmente gozando de una deliciosa taza de chocolate caliente junto a un plato de panqueques de plátano un lluvioso día de invierno, justo como anoche.

sin pensarlo dos veces comenzó a buscar los ingredientes, leche, harina, huevos, plátanos; luego se encargaría del chocolate. cabe mencionar que louis era un cocinero espectacular, a pesar de su corta edad el pequeño chico había comenzado a tomar control de la cocina cuando a penas tenía nueve años, esto fue de vital ayuda al tener cinco hermanas de las cuál debía cuidar.

mezclo muy bien los ingredientes y vertió la mezcla en un sartén, entretanto esperaba que estos estuvieran listos saco dos tazas del estante superior y comenzó a preparar el chocolate caliente. agua, leche y chocolate auténtico eran suficientes para revivir el recuerdo de aquel lluvioso día de invierno.

sacó una bandeja del mueble a su costado, acomodó las tazas calientes en una esquina, los platos en otra y con precaución termino de preparar unos cuantos panqueques, los situó en el plato y de una cajonera saco un considerable cortador de galletas en forma de corazón, el resultado fue adorable.
aunque sentía que aún faltaba algo por lo que de uno de los estantes de arriba saco un pequeño florero de vidrio y lo puso en el medio de la bandeja, quitando una bella rosa del adorno de mesa de la encimera para acomodarla en el pequeño recipiente.

solo esperaba que a harry le gustara.

tomó la bandeja en sus pequeñas manos y subió las escaleras mirando su caminar para no troperzase, empujó la puerta de la habitación con su cadera y su vista se enfocó en harry, el cual se encontraba en la misma posición en la cual el pequeño lo había dejado. se acercó y se subió a la cama dejando la bandeja a un costado de esta y se dispuso a despertar a harry.

"papi" pequeños besos fueron depositados en la arista y áspera mandíbula del mayor a la vez que murmuros iban directo a sus oídos. "papi, despierta"

pequeños gimoteos salían de la boca del mayor. "¿qué pasa?" respondió a penas a la vez que se daba media vuelta y le daba la espalda al menor, louis no sabía si reír o exasperarse.

harry no era fácil de despertar, raramente, la alarma que este tenía para despertar los días de semana era lo único que lo hacía, pero hoy era domingo, podrían pasar horas y el mayor no se despertaría, sin embargo louis conocía su debilidad.

"despierta, lou hizo desayuno" comentó emocionado dando pequeños saltitos en su lugar.

y en el momento en que la palabra desayuno salió de la boca del menor, el rizado despertó de inmediato y es que el apetito de este en la mañana era infaltable, además teniendo el conocimiento del las buenas habilidades que louis tenía con las manos en la cocina lo intrigaba aún más.