1. Un encuentro desafortunado

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Es un día normal en los primeros días de clase, en la preparatoria North Side.

Me levanto  gracias al estruendoso ruido que hace el reloj en mi mesa de luz. Me dirijo al baño para arreglar el desastre que puedo llegar a hacer en la mañana, es decir : tener mal aliento, baba seca por toda la cara y los pelos tan despeinados como si tuviera un nido de pájaros en mi cabeza. Para acabar con este desastre cepillo mis dientes y mi cabello, me lavo la cara y me coloco un poco de corrector de ojeras. No soy de maquillarme demasiado y menos para ir a la preparatoria, pero hoy era sumamente necesario ya que tenia unas ojeras negras que  llegaban hasta el suelo.

Las fresas de mi instituto iban vestidas como si se tratase de un desfile de modas. Llevaban desde unos tacos de 20 cm, una ropa diminuta de diseñador y un maquillaje que podría jurarles que tardarían horas en hacérselos. Para ellas la forma en la que lucias y la familia de donde provenías definían la clase de persona que eras y eso era totalmente una estupidez.

En cambio yo, no me arreglo demasiado para asistir a clases. Suelo vestirme con lo primero que agarro de mi armario y higienizarme como todas las personas lo hacemos. En mi opinión, las personas son mas bonitas en como son naturalmente.

Físicamente tengo la piel algo morena, unos ojos marrones oscuros y el cabello de igual color que mis ojos. Tengo un cuerpo bastante equilibrado aunque no haga ningún deporte, eso lo herede de mi madre y estoy conforme con ello. No tengo nada de que quejarme y es por eso que me resulta más atractivo las personas naturales.


Luego de arreglarme, elijo unos shorts de jean y una camiseta, ya que es verano en Estados Unidos y esta haciendo un calor del infierno.


Una vez lista bajo a desayunar y me encuentro con Dylan ,que esta sentado en una silla en la mesa del comedor desayunando sus cereales favoritos con leche.

Dylan es mi hermano mellizo, los dos estamos en último año. Él pertenece grupo de la élite y es  uno de los chicos más guapos de la escuela, en cambio yo pertenezco a los invisibles dentro de la preparatoria.

Así que casi todas las muchachas del instituto y muchas más de otros lugares que desconozco han pasado por la habitación de mi hermano - PUAJ -

Cada fin de semana  se enrieda entre sus sabanas con una chica diferente, para luego dejarlas y no volver a dirigirles la palabra. Salvo con la élite, que entre ellos si tienen una relación de amigos con derechos.

Realmente odio que los muchachos de hoy en día traten  a las mujeres de esa forma, pero Dy es mi hermano y aún así  lo amo.

-Buenos días Dy !!!- le dije una vez enfrente de él.

-Buenos días hermanita-me responde cariñosamente. -Te llevaré hoy a la escuela, cierto?

-Como todos lo días- Contesto a su pregunta y le sonrió.

Yo elijo los mismos cereales que Dylan y me los preparo con un poco de leche.

Se hace un silencio en donde cada uno esta revisando su celular y luego de un rato Dylan lo corta - Como te está yendo esta semana en la escuela? No hemos hablado casi nada.-

-Bastante bien, la verdad es que he tenido varios exámenes y tareas.-  Digo con cara de agotamiento.

Estos últimos días estuve haciendo tareas largas y complicadas. No es que no me vaya bien en la escuela, solo es que tengo que dedicarle demasiado tiempo de mi vida si quiero sacar buenas notas para así conseguir finalmente entrar en una buena universidad.

-Buenos días mis niños,  ¿Como se encuentran esta mañana? - Nos saluda mamá, mientras nos da un beso fuerte en la mejilla a cada uno.

Mi madre se llama Sara, suele estar casi siempre de buen humor y estar dispuesta para mi hermano y yo. Pero cuando realmente se enoja mejor salgan corriendo porque hará de sus vidas un infierno. Con mi madre tenemos una relación muy buena, siempre charlamos de todo y solemos hacer todo juntas, es algo así como el reemplazo de Teressa  - mi mejor amiga-

Inesperada ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora