Hoy había salido a pasear con mi pequeño hijo y al regreso había llegado a la gasolinera. Tú te acercaste a mi vehículo a saludar. Estabas solo. Me preguntaste si el niño que llevaba en el portabebés del lado del copiloto era mío y te respondí con una sonrisa que sí. Tu rostro cambió un poco, te conocía lo suficiente para saber que esa respuesta te dolía, pero aun así mantuviste una radiante sonrisa y me pediste que bajara de mi carro, que deseabas verme. Tan pronto estuve de pie frente a ti, me tomaste de la mano y me disté una vuelta. "Estas igualita que antes" fueron tus palabras.Mientras yo me entretenía con la empleada de la gasolinera pagando, tú te acercaste a mi hijo y comenzaste a jugar con él. Subí al carro y entonces me volviste a recordar la misma promesa que dos años atrás me habías dicho: "Siempre te esperare, no importa el tiempo que pase. Yo solo soy tuyo" Sonreíste a forma de despedida y te alejaste.
No habíamos conversado casi nada y, sin embargo, fue como si nada hubiera cambiado entre nosotros. Las mismas risas y gestos, los mismos sentimientos...

ESTÁS LEYENDO
Mi más grande amor
Short Story¿Recuerdas cuando nos conocimos? ¿La primera vez que te hablé?... Nunca pensé que después de tantos años seguiría sintiendo cosas por ti.