Jayden estaba de malas, hoy simplemente no había sido su día y tenía un moretón del tamaño de América en su espalda, las risas de sus primos pequeños resonaban de fondo.
- Oh el gran Jayden está adolorido, por que unos mocosos de diez años le pegaron.- su primo Mark, un año menor que él, emitía sollozos fingidos mientras hacía extrañas muecas de supuesto llanto, vale aclarar que nunca había sido su favorito.
Y en lo único que él podía pensar en ese momento era en tres cosas:
1. Que no podía defenderse de sus primos porque a)Eran unos mocosos y b)Eran familia; y hay una ley implícita que dicta que los primos pequeño siempre pueden joder a los primos mayores sin consequencias.
2. Mañana entraba a Princeton, y ahí no tendría que ver a esos niños con los que había vivido toda la vida, viva la libertad señoras y señores, que Dios bendiga a América y esas mierdas.
3. El culo de Marco Ramos, ese chico si que tenía un buen culo, lo único que iba a extrañar de la escuela era a ese chico y la habitación del conserje, buenos recuerdos.
Su cuello fue golpeado con lo que al parecer era un libro, uno pesado. Él sabía de quien se trataba. Jackie.
- Le estás mirando el culo a Mark.- ella no estaba preguntando lo estaba afirmando, así era ella, Jackie Ramos, nunca preguntaba.
- No puedo mirarle el culo a alguien que no tiene, aparte los chicos que usan camisetas de diseñador falsas y pantalones más ajustados que el culo de tu hermano no me van, él no es está lo suficientemente bueno como para arriegarme a cometer incesto o algo así.- él realmente no recordaba como se llamaría una relación entre primos.
El patio trasero comenzó a llenarse de más gente en ese momento, vió a su madre acercarse a la barbacoa y susurrarle algo a su padre, uno de sus primos más pequeño había sido recogido por su respectiva madre, los mocosos habían dejado de agarrarse a golpes y había escuchado a su tía Clotilda gritarle a sus primas -las cuales se encontraban en el tercer piso de la casona, el último, en el cual se encerraban cada vez que habían reuniones familiares- que bajaran en ese instante.
Y entonces lo comprendió, todo encajo, sabía que esta no era una reunión familiar convencional pues hasta sus parientes de Texas habían venido, pero nunca imagino que su madre le haría eso, lo que le había pedido explícitamente que no hiciera, hasta se lo había escrito y pegado en la nevera, aún no quería creerlo, pero cuando vió el llamativo cartel brillante, esa cosa brillaba, como literalmente, tenía unas jodidas luces de navidad al rededor media caso dos metros de largo y uno de ancho y parecía que toda la brillantina del mundo había sido vaciada en eso.
- Sorpresa.- la monótona y aburrida voz de Jackie lo hizo volver a la realidad, una realidad en la que todos sus parientes habían venido a despedirse de él y en la que su madre y sus tías habían hecho una abobinación a la cual llamaban cartel. Alguien tenía que matarlo.
Jackie, la cual se hacía llamar su mejor amiga, solto una suave risa, la cual achinó sus ojos más de lo normal, y lo codeó tratando de que dejara de boquear como pez fuera del agua; pues él, Jayden Star, la gran "Bestia" en el campo estaba aterrado de su propia familia y su capacidad para avergonzarlo.
- Oh cariño.- su madre, la ahora traidora se acercó y lo abrazó.- sé que no te gustan las sorpresas en general, pero teníamos que hacer algo especial para ti.- Katia de la Torre era una mujer bajísima que apenas si podía abrazar a su hijo mayor, pero una de las madres más cariñosas y efusivas del mundo.
- Mamá, yo te lo rogué, solo pensé que está era otra reunión familiar común, joder, no pensé.- pero antes de que él pudira seguir su madre le dio un sueve peñiscón.
- Puede que te vayas a ir a la universidad mañana, pero Jayden Fernando Alonso Star de la Torre en mi casa no se dicen groserías.
Jayden solo agacho la cabeza, no solamente había sido cruelmente engañado por su propia madre sobre el propósito de la gran reunión en la que se encontraba, también había sido golpeado por sus primos menores, y ahora avergonzado delante de veinticinco personas las cuales estaban delante suyo sonriendo y sujetando el supuesto cartel, las cuales se hacían llamar familia. Como ya había dicho antes ese no era su día.
- Sabes, sé que a veces te averguenzas de tu familia, pero si te hace sentir mejor a mi y a Marcos mi padres nos trajeron mariachis, e invitarón a Marlo, ya sabes ese chico que nos follo a Marco y a mí al mismo tiempo, el de la fiesta de Stacy, así que te entiendo.- Jackie dijo todo eso con su típica voz calmada pero con un tono de sarcasmo y una sonrisa que le haría competencia a la del muñeco maldito, tan ella.
- Tienes razón, aparte ya nada puede ir peor.- y justo cuando había terminado de decir eso su madre intervino.
- Cariño, mira a quien te trajimos como sorpresa, sé que ambos han sido buen amigos por años y que hace unos meses pasaba todo el tiempo por casa, así que le rogamos que volviera aunque sea un día para tu despedida, espero te guste la sorpresa.
Y en ese momento entró por la puerta trasera el mismísimo Marco Ramos, y lo único que le vino a la mente fue: "trágame tierra".
La escandalosa risa de Jackie dio inicio a su pesadilla, Marco en el mismo lugar que su familia, que comienzen los juegos del hambre.
Hola, soy Olivia, espero les guste el capítulo y la historia, voten, comenten y sonrían.
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Soccer Player [gay]
RomanceJayden acaba de entrar a la universidad, rubio de ojos azules y altura intimidante, sonrisa matadora, contextura de mastodonte, jugador de futbol americano, un poco flojo para los estudios pero a la vista de todas era el chico americano perfecto. Sa...