—¡No! —gritó Hitoka al darse cuenta de que había dejado el manga en casa, otra vez.
La rubia se levantó del suelo y comenzó a caminar por la azotea. No le quedaba otra opción que escuchar música.
Después de pensarlo mucho, Hitoka decidió no inscribirse en el club de voleibol. Sabía que si se quedaba allí, terminaría enamorándose de Kei Tsukishima, y quería evitar eso, porque estaba segura de que entre ellos nunca pasaría nada. Ahora solo le parecía atractivo y curioso, pero nunca antes había sentido algo así por un chico. Temía que en el futuro se convertiría en un "Estoy enamorada de Tsukishima", y quería evitar eso a toda costa.
Hitoka estaba tan perdida en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando Kiyoko se paró junto a ella. La rubia pausó la música y se quitó los audífonos.
—¿Lo pensaste? —preguntó Kiyoko, yendo al punto directamente.
—Lo pensé mucho —confesó la rubia—. Y creo que es mejor que busques a otra chica para que sea mánager, lo siento —dijo Hitoka haciendo una reverencia a Kiyoko.
—¿Puedes ir al gimnasio hoy? Tenemos un partido de práctica con Ouginishi y, si después de ver ese partido no quieres ser parte del club, buscaré otra chica. ¿Aceptas? —le propuso Kiyoko.
Hitoka lo pensó unos segundos. Estaba segura de que no quería ser parte del club, pero quería ver a Kei Tsukishima jugar aunque fuera una vez, y esta sería una buena oportunidad. Después podría rechazar la oferta.
—Acepto —dijo la rubia tomando sus cosas del suelo.
—Está bien, vamos —dijo la pelinegra, y ambas se dirigieron a los vestidores a cambiarse para luego irse al gimnasio.
—¡Yachi-san! ¡Volviste! —gritó el chico de baja estatura al ver a Hitoka entrar al gimnasio.
—¡Hinata, idiota! —le gritó un chico alto, delgado y de tez blanca, con cabello corto y liso extendido hacia adelante, de color negro azabache, y ojos azul oscuro, bastante cautivadores e intimidantes, ya que tenía el ceño fruncido.
"¿Cuáles eran sus nombres? ¡Es que no puedo recordar los nombres cuando me lo dicen por primera vez! Un trabajo de secretaria sería imposible para mí y al final terminare estando en la calle, traficando órganos... " pensaba Hitoka en pánico.
—¡Soy Shoyo Hinata de la clase uno! —gritó el chico de baja estatura alegre—. Él es Tobio Kageyama —dijo señalando al chico del ceño fruncido.
—Hola —dijo sin ánimo, o eso pensó Hitoka.
—¡Hora de vueltas! —gritó un chico, por lo cual Hitoka supuso que era el capitán por el "Sí" que le respondieron todos.
—Hoy verás al equipo practicar. No necesitas ponerte nerviosa, ¿sí? —le dijo Kiyoko parándose junto a ella.
—¡Sintendo! —le respondió nerviosa.
"¿Sintendo?" pensó Kiyoko, algo confundida pero divertida.
—Oh, y ten cuidado con los balones desviados —le advirtió la pelinegra antes de retirarse.
—¡Sí! —respondió la rubia, confundida.
"¿Balones desviados?" pensó Hitoka, analizando lo que le acababan de decir.
Hitoka estaba asombrada viendo el partido de práctica mientras llegaban los jugadores de la otra escuela. No podía dejar de ver a Kei Tsukishima, estaba emocionada viéndolo jugar. Observaba cómo su pecho subía y bajaba rápidamente después de saltar para bloquear. Cómo esos bellos ojos dorado-marrones seguían la pelota con intensidad. Incluso le gustaba verlo correr. La rubia se dio cuenta de lo que estaba pasando, "ya me estoy empezando a enamorar de él", por lo que decidió empezar a ver a todos jugar y no solo a él. De un momento a otro, el partido de voleibol le empezó a parecer emocionante.
Uno de los chicos saltó para rematar, pero fue bloqueado y la pelota se dirigió justo hacia donde estaba Hitoka parada. La rubia no supo qué hacer, estaba sorprendida. Solo se quedó allí parada viendo cómo la pelota se aproximaba a su cara y decidió cerrar los ojos y mirar hacia otro lado para que el impacto no fuera tan doloroso. Pero la pelota nunca llegó. Se escuchó un golpe. Hitoka abrió los ojos y vio cómo Kei Tsukishima golpeaba la pelota con su mano, dejando a todos sorprendidos en el gimnasio. De hecho, la pelota pasó sobre la red, pero nadie se molestó en buscarla, estaban muy ocupados analizando lo que acababa de hacer Kei Tsukishima.
—¡Tú! —gritó Kei, señalando a la rubia, molesto—. Si ves que la pelota viene hacia ti, mete la mano o esquívala, pero no te quedes parada en el mismo lugar.
"Te podrías lastimar", pensó.
—Gracias —susurró la chica con una leve sonrisa.
—Tch... —chasqueó la lengua Kei, dando la vuelta—. Como sea —dijo corriendo hacia la cancha.
—¿Estás bien? —le preguntó Kiyoko, parándose a su lado.
—¡Sí! —respondió la rubia emocionada, estaba procesando lo que acababa de pasar—. Esta es la primera vez que he visto un partido de voleibol tan cerca en un gimnasio. ¡Es muy intenso!
—Creo que nuestro poder ofensivo es el más alto. Incluso de toda la prefectura. ¿Sabes? En el pasado, Karasuno era lo suficientemente fuerte como para ir a un torneo nacional. Pero con el paso de los años, fuimos llamados "Los cuervos caídos, los cuervos sin alas". Pero esta vez, lo haremos, definitivamente. ¡Estaremos en la cancha nacional!
"¡Genial! Esto es completamente nuevo para mí", pensó Hitoka, llevándose una mano al pecho de la emoción. Ahora quería ver más partidos.

ESTÁS LEYENDO
Enamorada de Tsukishima #PGP2025
FanfictionQuien lo diria, me enamore de Tsukishima, ¡Estoy enamorada de Tsukishima! Narrado en capítulos cortos. Se prohíbe cualquier tipo de copia, y adaptaciones sin mi permiso. Asimismo, también queda prohibida reproducción de esta obra por algún otro medi...