[Do i wanna know - Arctic Monkeys]

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Otro nuevo día, aproximadamente las 6:00 AM. Por supuesto estoy acostado, esta vez en mi casa. Volteo a ver quien está junto a mi, quien fue esta noche. Sin embargo no hay nadie. Tu no estás. Las botellas en el suelo me recuerdan que te haz ido. Mierda, de nuevo comienza un nuevo día.

Por la tarde he vuelto al bar. Si, ese bar donde nos vimos por primera vez. Era una noche en la que de nuevo había salido a ligar, a encontrar alguien con quien pasar la noche. Pero nuestros whiskys fueron servidos de la misma botella. Ese momento nos unió.

La noche avanzó, entre coqueteos y besos cortos, que sabíamos a donde nos llevarían. Tus traviesas manos comenzaron un juego del cual no creí que saldría tan mal. Tomaron mi corbata, me llevaron hasta la puerta del baño de mujeres. Allí me detuve, expectante, hasta que salió la última chica del baño. Una vez ocurrió esto entré y allí estabas, con tus labios rojos que pedían ser besados, que deseaba probar perderme con ellos. De nuevo, tus manos fueron a mi corbata, tus dedos juguetearon con esta hasta que de un tirón me llevaste hacía ti. Amabas hacerme desear. Mantenías el control del juego. Un juego que deseaba jugar.

Acorralado contra la puerta llevó mi mano hasta tu barbilla, sin esperar más allí fue cuanto probé esa droga. Tus labios. Maldito sea el que haya probado y haya resistido la adicción. Seguía acorralado, pero no me importaba, en ese momento deseaba ser su presa, sin saber cuanto daño causaría.

Los botones de mi camisa eran desabrochados por las hábiles manos de aquella mujer frente a mi, mientras tanto, mis manos en ese momento menos habilidosas descendían por su espalda levantaban el apretado vestido color rojizo, logrando tocar los glúteos de esa fémina, tan perfecta y única, que apenas si dejaba moverme.

¡Maldita sea! Recuerdo el momento justo cuando se detuvo, sus besos habían bajado a mi pecho, el rojizo color que cubría sus labios se hizo presente marcando mi pecho, allí, justo al cuarto beso se detuvo. Una sonrisa se formó entre sus labios, una sonrisa que mostraba perversidad y esa maldad de querer dejarme con las ganas.

- Vamos, cariño. - Susurró a mi oído al momento que bajaba su vestido para acomodarlo tomó mi mano. - Vamos a un mejor lugar. -

Así salimos del baño, nadie nos prestó atención, o mejor dicho, yo no presté atención a nadie más que a esa mujer. Una vez salimos, entre besos logramos encontrar mi auto, al cual subimos y sin perder el tiempo se sentó en mi regazo siguiendo con esos besos, besos lentos que lograban volverme loco.

Allí, en el auto, se desató por completo la pasión, hicimos los asientos hacía atrás y allí esa fémina se subió sobre mi y me montó, sus uñas se pasearon por mi pecho, dejando marcas que acompañaban a los labios rojizos marcados con anterioridad. El orgasmo de ambos llegó a la vez terminando con una unión de nuestros labios con pasión, una pasión que jamás en mi vida había sentido, en todo momento ella tenía el control. Luego de terminar, lo que le seguía era el olor a cigarrillo que ella se fumaba.

Esa fue la primera de una serie de encuentros, cada uno se volvía más salvaje que el anterior, siempre era ella quien mandaba, ella sabía como volverme loco y yo me acostumbraba al olor del cigarrillo, tanto que incluso hoy en día su olor me recuerda a ella. Estaba tan centrado en ir tras ella que me había prohibido fijarme en alguien más. Solo ella conocía mis secretos. A solo ella le pude decir "Te amo" luego de un polvo. Las noches fueron creadas para decir las cosas que no quieras guardar para el día siguiente.

La última noche en que la vi, le volví a decir que la amaba, ella me correspondió. Sin embargo, a la mañana siguiente, no sentí el olor a cigarrillo.

Ya te habías marchado. Creo que estaba esperando que te quedaras. Creí que las cosas las sentíamos ambos. Ahora son las botellas quienes me hacen compañía, ahora apareces solo en mis sueños. Desearía llamarte hoy en día y mostrarte cuanto he cambiado, que no volverías a dominarme. ¿Pero a quien engaño? Aun seguiría arrastrándome ante ti.


||Nota: Fue el primer relato basado en una canción, fue un reto que acepté con gusto. Espero les agrade.||

Sinfonía erótica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora