Caleidoscopio

Airplane

Presente

Aún me cuesta creer que ya son cinco años desde que debute. Si miro hacia atrás no parece que fuera tanto tiempo, aunque a veces se siente como toda una vida. Cuando pasé las audiciones y me dijeron que debía venir a Corea jamás lo dude. No tenía nada que perder. No había absolutamente nada en Los Ángeles que me detuviera. Por fin dejaría atrás a los demonios que me torturaban por el simple hecho de respirar. Jamás me puse a pensar si realmente tendría alguna oportunidad. Si ya me las había arreglado sola durante 16 años en mi país. Estaba convencida de que podría hacerlo en cualquier parte del mundo. El primer paso, el cual era que alguien me sacara del infierno en el que vivía, ya había pasado. Ahora tenía un motivo real para levantarme cada día.

Los primeros meses fueron duros. La agencia logró conseguir un lugar donde quedarme. Pero debía costearme la vida, él trabajar y estudiar no fue tan difícil. Ya lo hacía en Estados Unidos, así que hacerlo en Corea no era nada nuevo. Lo difícil fue el idioma. Jamás fui buena con ningún ramo de idiomas, y aprender uno que ni siquiera tenía vocales fue un suplicio.

Nunca he sido buena haciendo amigos, y el hecho de estar en otro país, no me ayudó. Con el pasar del tiempo puedo decir que tuve buenos conocidos. Pero realmente no llegué a tener una verdadera amistad con nadie. Principalmente porque estaba enfocada en pasar todos los niveles de la agencia con los mejores puntajes, y porque nunca pude confiar realmente en ninguno de los otros chicos que estaban ahí. Al final, todos estábamos en la misma situación. Lo mejor era simplemente no crear lazos con nadie. Así todo sería más fácil cuando la competencia se volviera real. Era matar o morir.

Cuando me dijeron que debutaría sentí tantas emociones a la vez que creí que mi explotaría. Por un lado estaba feliz. Hace dos años que estaba en la agencia, y los rumores de que podrías pasar tu vida ahí sin debutar, era el diario vivir en los entrenamientos y clases.

Aún recuerdo que me sentí eufórica por días; quería gritar, reír y llorar. Quería saltar y correr. Han sido pocas veces las que me he sentido de esa manera. Así que no es difícil recordarlas.

También recuerdo que tuve miedo. Hace solo unos meses había debutado oficialmente un grupo de chicos y, seamos honestos. Para las boy bands siempre todo es más sencillo. El pánico me invadió. No podía dejar de pensar que este podría ser el comienzo del final de mi inexistente carrera como artista. Ciertamente yo ya había participado en algunos proyectos como Rookie, había colaborado con varios de mis compañeros, y la agencia se había dedicado a promocionar bien mi nombre. Ahora que lo pienso, es extraño que hayan dedicado tanto tiempo, esfuerzo y dinero en mi. La imagen que presenté en ese entonces y que mantengo hasta el día de hoy, es andrógina. Algo que no era absolutamente nada común en Corea. Supongo que tuve suerte de haber tenido una respuesta tan positiva.

Durante los siguientes años todo pasó como en un sueño. Después de tres singles, tuve un mini álbum. Luego más singles y finalmente un álbum completo. Los días pasaban sin que me diera cuenta de que hora era. Perdí la noción de los días y las noches. Y así pasaron las semanas, los meses y los años.

Puedo decir que tuve un gran éxito y mi nombre y mi rostro era reconocido en todo Corea. Y aquí es donde debo agradecer a todos los acontecimientos que me hicieron llegar a cruzarme en su camino. Ya que a pesar de estar en la misma agencia, haber compartido cuando éramos trainees y haber trabajado en un par de proyectos juntas, nunca pude entablar una verdadera conversación con ella. Creo que ha sido la única vez en que he deseado tener un lazo con alguien.

Krystal Jung. La hermana menor de una de las miembros del grupo más popular de Corea. La menor y visual de su grupo. Una futura estrella.

Jamás entendí porque tenía fama de ser fría y apática. Es cierto, que podía ser algo incomodo acercarse a ella al principio. Siempre ha tenido una mirada penetrante y sería. Además, de que no es muy conversadora. Al menos, no cuando no está en confianza.