En el castillo Butterfly la princesa de Mewni se encontraba realmente angustiada, en tan solo unas horas partiría al encuentro con Toffee y ni siquiera estaba segura de querer salir de su habitación, se mentalizó, pero por más que quiso hacerlo no podía, el terror invadía su ser, ¿Y si el lagarto revelaba el contrato? ¿A qué se refería con que no resolvería sus asuntos?
Las dudas llenaban la mente de Moon y no la dejaban tranquila, decidió salir un rato de su habitación para despejar su mente, sin embargo en cuanto llegó al pequeño balcón de la torre se echó a llorar.-¿Por qué debo hacer esto?- sollozó la princesa, entonces, en un fugaz destello recordó las palabras de su madre:
-Querida Moon, ¿Sabes cuál es la mayor virtud de una princesa?- la reina Butterfly se dirigió a una pequeña Moon de 7 años que jugaba al té.
-¿Qué mami?- respondió Moon en un tono dulce e infantil.
-Verás, Moon- comenzó la Butterfly. -La mayor virtud de una princesa es la fuerza y el coraje que posee, la valentía de darlo todo para ver bien a su pueblo, esa es la actitud de alguien que puede ser digna de ser llamada reina- la monarca sonrió dulcemente a su pequeña.
-Es maravilloso mami- rió Moon.
La princesa al recordar las palabras de su madre, dejó de sollozar al instante y se dijo a si misma que no debía decepcionar a su reina, sabía que de algún modo, ella la cuidaba desde alguna parte.
-Acabemos con esto- mencionó la princesa en voz alta.
Llegada la noche, la monarca se alistó, si iba a hacerlo, lo haría bien, se puso un bonito conjunto color negro, un vestido de tirantes del mismo color , se peinó de tal modo que le permitiera acomodar la capa larga que cubriría su rostro y se fué al establo donde reposaba Chumcey, para alistarlo y salir del lugar desapercibida, lo cual no le resultó como esperaba, pues Lekmet se presentó ante ella desde la penumbra del establo, Moon asustada, trató de explicarle la situación de una forma un tanto patética, mas Lekmet le entregó un escrito.
-¿Qué es esto?- cuestionó la princesa.
-Beee Bee Bee- respondió Lekmet, incitandola a abrir la carta.Al abrir el documento, Moon leyó lo siguiente:
Lo sé todo Moon, sé tu contrato con Toffee y sé que esto lo haces por el bien del reino, así que por favor te pido que me dejes acompañarte, quiero protegerte princesa, a tu edad, cualquier otra chica sólo se hubiese echado a llorar y nos hubiera dejado todo el trabajo a nosotros, eres digna de ser llamada reina, así que daré mi vida si es necesario para proteger a alguien tan noble como tú.
Moon miró al canciller con una gran sonrisa y lo abrazó, sollozó un poco en sus brazos y luego decidió que era hora de irse, se montó en Chumcey y Lekmet la siguió desde una distancia respetable, casi llegando al campamente de monstruos la cabra se ocultó, para que nadie sospechara, la princesa susurró un sútil "gracias" y se adentró al campamento, los monstruos no se encontraban en el lugar, seguramente por órdenes de Toffee cumpliendo así una de las reglas del trato, caminó a la ya conocida tienda de campaña (Que era la única que se encontraba iluminada) y abrió la cortina de calaveras.
Encontró a Toffee sentado en su mini comedor tomando té, notó la presencia de Moon y volteó.
- Hola, princesa- sonrió sínicamente Toffee.
-Hola, lagarto- contestó Moon. -Terminemos con esto-.
La noche sería larga para la futura reina de Mewni.
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¡Hola! Perdón por actualizar hasta ahora, pero la universidad me tenía ocupada, espero disfruten esta parte.
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The Contract
FanfictionLa guerra azotaba ferozmente a Mewni, por lo que su última esperanza, la princesa Moon, no tuvo más opción que hacer 2 contratos uno en el que perdería su dignidad y otro en el que perdería su alma...