Una mañana cualquiera

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–Beep-beep beep-beep– empezó a sonar el despertador que estaba en la mesilla de noche.

–Hmgf– gruñí con mal humor, no me gustaba que me despertase ese trasto infernal, levanté la mano y después de varios intentos conseguí darle un tortazo al aparato con lo que se cayó al fin. Me desperecé como pude, pero no había quien pudiera levantarme después de la juerga de anoche, así que me tuve que quedar tumbado durante unos minutos pero con mucho cuidado porque si no me quedaría dormido y llegaría tarde a la uni. 

Después de 5 minutos muy duros conseguí levantarme y con el mismo sueño me fui al cuarto de baño para ver si con una ducha fresquita conseguía despertarme.

Después de la ducha me puse unos vaqueros azules rotos y una camiseta con el escudo del Capitán América, cogí una chaqueta y me fui directo a la cocina a por unos donuts de chocolate –mis favoritos– y una taza de café ya que seguía un poco grogui.

Cuando por fin acabe los cuatro donuts que me había metido en el cuerpo, decidí que ya era hora de coger el coche e irme a la uni.

Bajé al parking y entré en mi precioso beetle –fue un regalo de mis padres cuando me fui a vivir a Nueva York solo–, el coche, que ya tenía unos cuantos años seguía en buen estado gracias a mis cariños y cuidados, ya que me encantaban los coches antiguos y tenia mano con ellos.

La uni no estaba muy lejos, pero en Nueva York siempre tenías que salir a menos media hora antes de la hora que pensabas llegar, ya que en "la ciudad que nunca duerme" había coches por todos lados.

Encendí la radio tras unos minutos en un atasco y dio la casualidad que estaba sonando mi cantante favorito Bruce "The Boss" Springsteen, con su famosa canción "Born in de U.S.A" algo que hizo el viaje mucho más ameno. Hice el mismo recorrido de siempre, viendo los mismos edificios altos, llenos de ventanas, los mismos restaurantes con sus dueños ya poniendo el cartel de abierto en sus puertas,las mismas calles llenas de gente andando, el Empire State en el fondo, me sabía estas calles como la palma de mi mano, algo extraño en mi, ya que solía tener muy mala memoria.

Cuando llegue a la uni me quedé pensando en mis cosas en el coche y escuchando la música, dando golpecitos en el volante siguiendo el ritmo, yo seguía en mi mundo a punto de llegar al estribillo de la canción –"Thunder" de Imagine Dragons, otro de mis grupos favoritos– cuando una chica empezó a dar golpes a la ventanilla, algo que me pilló desprevenido y casi me mata del susto–¡Matt, Matt! Hola Matt, llegas algo tarde Matt–.  Dijo una chica rubia, de ojos azules y bajita, era Elena, la compañera de piso de mi novia Abby, una chica bastante creativa y risueña que siempre iba vestida con lo mismo, una camiseta de alguna serie de television –la de hoy era de doctor who– y unos vaqueros manchados de pintura.

–Hola Elena, sí, he llegado algo tarde, el tráfico ya sabes, ¿Has visto a Abby?– pregunté algo atontado todavía por el susto que me acababa de dar.

–Sí, sí la he visto– contestó con una sonrisa.

–¿Me podrías decir dónde?– contesté algo extrañado.

En ese momento noté que alguien me empezaba a tocar en los costados y supe que era mi novia, me di la vuelta y ahi estaba: una chica con pelo rizado castaño,aunque a veces era más un tono cobrizo, con ojos marrones, tambien bajita, vestida con unos pantalones vaqueros, una camiseta negra y una camisa de cuadros por encima,  intentando por millonésima vez  si me encontraba cosquillas, y una vez más fallando.

–Ya sabes que yo no tengo cosquillas– dije con aire diabólico.

–Ya, pero por intentarlo no pierdo nada ¿verdad?– contestó riéndose.

–No, pero si que ganas algo– dije con aún más aire diabólico.

–No,eso no, por favoor– gritó antes de que la cogiera y la empezara a hacer cosquillas 

Acabamos encima del beetle, y cuando acabé de hacerle cosquillas, me cogió de la cara y me acercó a ella, besándome apasionadamente aunque no por mucho tiempo ya que Elena estaba delante y nos estaba matando con la mirada. 

–Buscaos una habitación, por dios– dijo Elena entre dientes.

–Oye, ¿habéis visto a mi hermano?– pregunté mientras me incorporaba y me colocaba la camiseta.

–No, pero no te preocupes Matt, seguramente llegue tarde porque se habrá quedado dormido, seguro que viene de familia– dijo Abby riéndose mirando a Elena y luego a mi.

–¡Ey! que no me he quedado dormido, había atasco para venir aquí– contesté algo indignado a ese comentario.

–Y había atasco porque has salido tarde, porque nosotras dos hemos venido bien– dijo Abby con aire superior. 

Touché– contesté algo decepcionado por haber perdido esa batalla.

Cogí del maletero la mochila y mi cuaderno de dibujo y me dirigí hacia las chicas que habían empezado a irse sin mí, cuando las alcancé estaban hablando de las clases:

 –Puff, Abby tengo un grave problema con los deberes de química– dijo Elena con cara de preocupación.

–¿Cuál es ese problema?– preguntó Abby.

–Pues... que no los he hecho– dijo Elena abrazando a Abby –¿Me los dejas?– preguntó mientras seguía abrazada a ella.

–No se que voy a hacer contigo, voy a empezar a cobrar por los deberes que no haces– contestó Abby bromeando.

–Bueno, yo creo que me lo podría permitir, total siempre que salimos por ahí paga tu principe azul– dijo señalándome.

–Invito a Abby porque es mi novia, aunque no se porque te invito a ti– dije confundido dándome cuenta de ese detalle.

–¿Porque soy como una hermana para ti y no podrías vivir sin mi?– preguntó con sus irresistibles ojos de cachorrito.

–Oye que yo ya tengo un hermano y con eso yo creo que me vale, de hecho yo creo que me sobra– aproveche diciendo eso ya que mi hermano no estaba.

–Eso ha dolido Matt– dijo una voz conocida a nuestras espaldas.

Me di la vuelta y vi a mi hermano pequeño, Luke, un chico más o menos como yo, moreno, ojos marrones, alto y delgado, pero el era menos musculoso que yo, llevaba gafas, tenía el pelo recogido en una coleta y por último pero no menos importante, era gay.

–No lo decía enserio Luke, tú sabes que te quiero– contesté intentando arreglar la cagada.

–Eso dices ahora que sabes que estoy aquí– dijo algo dolido.

–Vamos hermanito que no es para tanto– contesté poniendo el brazo alrededor de su cabeza y revolviéndole el pelo.

–Aggh, vale, vale, te perdono, pero no me despeines– dijo separándose de mí y peinándose, después me dio un puñetazo en el hombro.

–Que presumido eres Luke, así no vas a ir a ninguna parte– contesté riéndome de mi hermano.

–¿Queréis dejar de pelear y venir a clase ya? Llegamos tarde, no se si os habéis dado cuenta, bobos– dijo Abby con un aire mandón.

–Siii mamá– contestamos los dos al unísono mirándonos.

Subimos las escaleras corriendo porque, la verdad, llegábamos bastante tarde, de hecho no me iba a dar tiempo ni a pasar a por unos apuntes, así que me despedí de mis amigos y salí corriendo hacia mi primera clase: anatomía humana.

Guerra InternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora