Pequeño mal entendido...

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Con paso tranquilo el castaño se dirigía hacia la oficina de su capitán luego de sus típicas pruebas con Hanji, donde por alguna razón el mayor no estuvo presente supervisándole. Ya estando frente a la oficina, se detuvo justo antes de que su puño tocase la puerta, podía escuchar voces desde adentro.

Una de las voces estaba seguro que era la de Levi, aunque no entendía con claridad lo que estaba diciendo. La segunda voz, el castaño la reconoció como la de Petra.
"¿Estarán solos ahí" aquel pensamiento  saltó a su mente como una bala. Al castaño no le desagradaba la chica sino que en cierta forma la cercanía de esta con Levi era lo que le molestaba, pues sabía que ella estaba enamorada del azabache. Le cuidaba en todo momento, se preocupaba tanto por él que incluso estaba dispuesta a ponerse delante del peligro con tal de salvarlo y es que ¡Demonios! Eren sentía que hasta el podía hacer lo mismo por Levi, pero a él,  el mayor le reprenderia y le llamaría "estúpido", cosa que no ocurría con la joven a quién trataba con algo más de paciencia y "amabilidad" si es que podía llamarse amabilidad el ser serio y no insultarle.

Pronto logró oír algunos pasos que se aproximaban a la puerta y sinceramente no quería que le descubrieran espiando conversaciones en las que no estaba invitado, por eso no se le ocurrió mejor idea que correr hasta la esquina del pasillo y esconderse detrás de la pared como un bandido. La puerta se abrió y luego alcanzó a ver la cabellera cobriza de la chica asomarse, detrás de ella iba saliendo Levi, ambos continuaron con su platica, aunque desde su posición Eren no alcanzaba a oír nada  y ni siquiera a leer los labios.

En algún punto de la conversación la chica se arrojó a los brazos del mayor, sorprendiendo al adolescente que seguía "espiando" con atención, pensó que tal vez el azabache la apartaría suavemente y luego caminaría lejos de ahí con su típica expresión seria o quizás entraría a su oficina cerrando la puerta tras de sí, pero nada de eso ocurrió, en cambio los brazos del mayor se cerraron sobre los hombros delgados de la chica y le devolvieron el abrazo.

—Capitán...—no pudo evitar que aquellas palabras escapasen de sus labios en forma de un susurro herido. Estaba dolido y mentiría si dijese que aquello no le importaba, lo hacía y quizás demasiado. Ya había tenido demasiado de aquella escena, así que optó por dejar de mirar y se dio la vuelta en silencio, alejándose de ahí con paso rápido y luego comenzando a correr.
***

—¿Todo bien, Eren? — preguntó Armin con voz preocupada. El castaño parecía muy distraído desde la noche anterior y ahora en el desayuno, había hablado muy poco y apenas probó bocado. Para su suerte Mikasa estaba ocupada en otras cosas y no estaba ahí insistiendo saber que le pasaba, ya que no quería tener que dar explicaciones a nadie, ni siquiera a su mejor amigo y menos a la la sobreprotectora chica.

—Si... todo bien — fingir una sonrisa no parecía tan difícil, pero al rubio apenas y le convenció eso aunque no dijo más, solo se encogió de hombros y volvió su vista a su comida- debemos ir a limpiar. Hay que darnos prisa.

Mientras el adolescente trataba de olvidar todo el asunto de Petra y el capitán, metido en su tarea de limpiar los establos, un par de ojos grisáceos le miraban a lo lejos. El azabache  había intentado acercarse al menor por la mañana pero este había huido asegurando que debía llegar al comedor para el desayuno. Luego del desayuno le interceptó y de nuevo el menor huyó, esta vez con el pretexto de que debía ir a limpiar los establos.

—Oi, Eren — la voz grave del azabache le tenso de sobremanera, aunque lo disimulo fingiendo que no le había oído. Mala estrategia. — Tsk — le oyó  chasquear la lengua con cierto enfado y volvió hablar, pero esta vez con un tono casi amenazador, uno que que enserio daba escalofríos— Mocoso, te estoy hablando.

—Perdón capitán — le respondió al azabache con voz baja casi como un susurro, evitando su mirada mientras observaba sus zapatos. Parecía un cachorro regañado en esa posición -No le oí.

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