La Vida es una Ciencia y un Arte

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LA VIDA ES UNA CIENCIA Y UN ARTE

La vida es una ciencia y un arte; Es ciencia porque es progresiva, constante, de evolución y regresión en algunos casos. Siempre tienes que añadir o quitar más elementos dependiendo cuál sea el resultado que desees obtener; no se mantiene igual, todo cambia. ¿Cuántas veces las personas se sienten con un mayor número de defectos que de virtudes?

En muchas ocasiones nos encontramos con quien canta de manera hermosa, o que baila sin igual, y vemos sólo las artes por separado, pero no percibimos que la vida entera es una liminalidad. Si un arte es expresar la visión sensible acerca del mundo1, entonces no dudaría al decir que ¡Vivir es un arte!; siempre necesita llevar su método, pero cuando cada uno de nosotros añadimos ese amor, o esa perspectiva a las cosas, la ciencia y el arte se conjuntan.  

Vivir no se trata sólo del ciclo trivial que ha sido marcado por la naturaleza: Nacer, crecer, reproducirse y morir. ¿Es que acaso la vida sólo está marcada en cuatro sencillos pasos? La ciencia nos marca que así debe ser, pero para la humanidad, ese mismo proceso tiene más connotación emocional y espiritual de la que la ciencia nos menciona; es imposible separar la ciencia del arte. Ambas son las dos caras de una misma moneda. Una satisface nuestro espíritu, y otra nuestras necesidades. Sin embargo, ambas se necesitan; sin ellas, nuestra vida no sería tal.

Para poder nacer, alguien tuvo un constante y amoroso proceso de cuidados para quien lleva dentro de sí, llamado “bebé”; pero crecer...  éste es el paso más largo y complicado dentro de todo el ciclo.

Muchas veces nos corrompe el poder de la ambición, del odio y de la vanidad, cosas que oscurecen rotundamente la brillantez de nuestros actos; creyendo que nos da más fuerza pensar sólo en nosotros mismos, habiendo algo tan hermoso como poder compartir amor a todo el mundo que esté dispuesto a aceptarlo.

Sin embargo, no todas las personas estarán dispuestas a aceptar esta clase de pensamientos, y es su derecho. Pero entonces,  ¿Qué es de aquellos que aman vivir; Cuando a su alrededor tienen solamente dogmas y prejuicios que no admiten la libre expresión?

Andar diariamente con miedo a equivocarse no es vivir; Vivir es todo un arte porque tienes que dejar el corazón en él.  Desbordar cada sentimiento sin importar si serás juzgado o no.

Aquellos que no comprendan la pasión que invierte cada escritor a un libro; un músico a un instrumento;  un escultor a su figura; les llamarán locos, pero los locos son los anfibios que habitan entre la posibilidad de lo imposible para transformarlo en realidad, y entonces  han aprendido a vivir. Si es así,  ¡hagamos lo que amamos hasta ser encerrados o elogiados!

Bailemos, cantemos, pintemos sin importar que el mundo nos observe. Ayudemos tanto como nos sea posible.

Cuando algo te apasiona, el sueño y el hambre se van. Entonces muramos de hambre si con eso alcanzaremos nuestros más grandes anhelos.

Cuántas ciencias no tratan de encontrar siempre respuestas; dan tantos premios por encontrar curas para la humanidad; dan premios por escribir, por ser muy erudito, por ayudar a preservar la paz. Pero nadie gana nada por el simple hecho de ser feliz.

Pero todas esas personas que han sido reconocidas y agremiadas por el mundo tienen algo en común: ¡TODAS AMAN LO QUE HACEN! Viven diariamente pensando en aquello que les roba el alma y que se vuelve su más intenso sol  en días nublados. Han encontrado el arte en la ciencia, y la ciencia del arte.

Ellos han aprendido el arte en la ciencia del vivir, pues nunca se enfrentan a lo mismo; aprenden el método, y cuando la vida misma les cambia el resultado, improvisan e improvisan creando al final una bella melodía.

La vida por sí misma es hermosa, y exacta. Tal como la ciencia y el arte.  Nunca nos hace padecer nada que no nos deje un aprendizaje. Como el científico que tuvo que equivocarse una y otra vez antes de llegar al resultado correcto; o el artista que tuvo que practicar, y practicar, bajo el principio de que “la práctica hace al maestro”. Un científico es un artista porque crea, y un artista es un científico porque encuentra nuevos pasos a seguir.

Encontremos “una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por los otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor, y sea posible la felicidad, y donde las estirpes  condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre, una segunda oportunidad sobre la tierra”.

Por eso, cuando nos sintamos agobiados o impotentes, recordemos que ya somos artistas en la ciencia de la vida... la vida es una ciencia y la ciencia es un arte.

La Vida es una Ciencia y un ArteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora