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Se sentía como un sueño, como aquellos que el azabache tenía después de haberse alejado del mundo de Jimin. El volver a escuchar su voz. El estar parado al frente a frente. Jungkook rogaba para que no fuese un sueño. Temía despertar y que su amado desapareciese.

Le desesperaba pensar que no era real, no quería volver a aquellos días en donde amanecía con los ojos llorosos y que solamente esperaba el anochecer para así volver a soñar con su bello rubio.

En cuanto a Jimin, el sentimiento que recorría por su ser era uno de incomodidad y extrañes. Se sentía confundido. Demasiado. Al conectar su mirada con la del muchacho supo que algo no andaba bien.

El silencio no tardó en presentarse.

Un -Uhm- salió de los labios de Taehyung rompiendo la burbuja que habían creado los otros dos individuos.

-Oh Taehyung, debiste decirme que vendrías con alguien- dijo el rubio mientras se dirigía a la cocina -Preparare algo-

-No hace falta, Jungkook ya almorzó- Dicho esto Jimin volvió nuevamente a la sala.

-¿Y vos Tae? ¿Comiste algo?- Dijo algo preocupado -Sé perfectamente que no te estás alimentando bien, te falta un año para acabar tu carrera y no es bueno excederse...-

Jungkook miraba a su chico embobado ante las palabras que le dedicaba a Taehyung. Jimin seguía siendo el mismo, era amable, comprensivo y cálido.

Aprovecho que el rubio se encontraba dándole un sermón a su mejor amigo para así poder observarlo por completo.

Ojos pequeños, pestañas largas, nariz de botón, labios carnosos. Su chico era una belleza. Bajaba y subía su mirada hacia todo su cuerpo de manera disimulada, observando cada pequeño detalle, así como la ropa que usaba hasta los lunares y pequeñas pecas que poseía.

-Jungkook-

La voz de Taehyung se hizo presente, pero Jungkook no se inmutó.

-Jungkook!-

Por segunda vez Taehyung habló.

Jungkook reaccionó y notó que Jimin lo miraba. Sus ojos estaban clavados en los suyos. Lo tomo completamente desprevenido y por reflejo bajó la mirada un poco avergonzado.

Jimin empezó a reír por la acción del contrario. Lo que hizo que Jungkook levantara su cabeza para observarlo mejor.
Tomó una captura mental de lo sucedido, del como los ojos de Jimin iban desapareciendo a medida que reía y como dejaba a la vista su dientito chueco. Lindo. Pensó.

-Estábamos diciendo que podríamos salir a comer- Hablo Taehyung -Jimin insiste en que me alimente pero yo no quiero que cocine-

-Pero si yo cocino bien- Ahora era Jimin quién hablaba con un tono de indignación.

-No es por eso. Acabas de regresar de trabajar, seguramente estás algo cansado-

-Tratandose de eso, está bien ¿Estas de acuerdo Jungkookie?-

-Si, claro, suena bien-

Los tres salieron de la casa.

Jimin no lo sabía. Pero el apodo que le había dicho al pelinegro lo tenía a este en un sinfín de emociones. Jungkook se sentía feliz, asustado, nervioso, vivo, eufórico.

No lo sabía con exactitud. Pero tal vez, solo tal vez. Después de todo, el plan del azabache daría frutos.

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-Cuando dijiste que saldríamos a comer pensé que hablabas de comida- Dijo Jimin.

-¿De qué hablas? El helado es comida- Dijo Taehyung mientras le daba una lamida al helado.

Te has olvidado de mi? Kookmin [REESCRIBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora