Me Gustaba Taemin

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 Todo empieza con un intercambio de miradas 

Con una sonrisa inexplicable que no recordabas

Pasaron años para que yo pudiera recordar claramente esta historia que quiero contar, no es que no haya sido importante. Fue de hecho lo que marcó el rumbo de mi vida, de la vida que decidí construir pero que cuando me convertí en adulto puede darme cuenta que era sólo una fantasía, no cambié la meta, sólo cambié los motivos para convertirme en quien soy el día de hoy. Me llaman el nuevo rico, hace poco hice una inversión pequeña, a ciegas pero que me dejó una gran fortuna, con ello fundé una empresa mediana de publicidad que pretendo hacer crecer, para ello tuve que asistir a una fiesta de "beneficencia" que más que un propósito bueno como es la ayuda a los que lo necesitan, tiene el fin de hacer que los magnates ofrezcan a sus hijos al mejor postor, al que mejor posición tenga. En esta ocasión quiero aprovechar para hacer alguno que otro negocio, alianzas para hacer crecer mi empresa.

Mientras permanezco en esta fiesta, observo con detalle a los empresarios, los he estudiado a todos, sus empresas, el capital, sus esposas, sus hijos, todo. Hay algunas caras que me resultan familiares, hay algunas otras que no. El señor Park viene con su esposo y sus dos hijos, el mayor está casado con uno de los ejecutivos del emporio Park. El señor Shim viene con su amante, claro, era de esperarse pues su esposa no es muy bien aceptada en la sociedad por sus actitudes "corrientes" que a mi modo de ver sólo es sencillez verdadera y muy digna de admirar, ella no necesita estas fiestas para hacer su propia beneficencia. Está también el dueño de la academia de baile Jung, y con quien más me interesa tener contacto, está charlando con un muchacho que no alcanzo a ubicar, la ficha del señor dice que es viudo, tuvo una hija, pero la desheredó cuando ella se marchó con un joven de clase baja, no tiene sucesor ¿quién es el que lo acompaña entonces? Me acerco sigilosamente y el muchacho que acompaña al señor Jung se queda mudo, casi como una estatua, únicamente me sonríe a modo de saludo; su rostro se me hace conocido, pero no demasiado como para ubicarlo dentro de la vida de alguno de los empresarios que había investigado

Después de un largo rato decido por fin irme a descansar un poco de todo el bullicio y entonces salgo a la pequeña terraza detrás del salón, doy un sorbo a mi copa, cierro los ojos y entonces recuerdo como si fuera ayer esa sonrisa encantadora que me cautivó. Era casi incomprensible que un chiquillo pudiera llegar a llamar tanto mi atención como lo hacía él hace tantos años. Cuando entro de nuevo lo busco con la mirada pero ya no está, los empresarios me absorben, logré hacer algunos contactos y para mi suerte el principal fue el señor Jung, así que decido retirarme, ese chico está metido en mi mente, me taladra la cabeza y la memoria trayéndome a la mente a Taemin, el que pienso que fue mi primer amor y por quien comencé a querer convertirme en un grande y poderoso empresario, no sé por qué la persona que acompañaba al señor Jung me lo recuerda tanto, quizá por esa mirada inocente, quizá por esa mirada, quizá por la sonrisa que me dedicó. Desde la noche de la fiesta no hay momento en que no recuerde con claridad a Tae, a momentos se me aparece hasta en la sopa y justo esta tarde desde la pequeña playa de la localidad es uno de esos días en que todo se agolpa en mi memoria como si fuera un mar turbio, quizá como un vago sentimentalismo, dulce y triste pero viejo, viejo como el viejo sabor de un caramelo añejo y viejo como aquellos tiempos cuando lo conocí:

Taemin salía corriendo como cada día con el corazón desbocado, de la mano de su hermano. Ambos rumbo a la pequeña escuela en donde se enseñaba a todos los grados en un mismo salón. El muro viejo de su casa parecía poder caerse en cualquier momento y cómo no si en aquel guettho la mayor parte de las casas parecían iguales. Por el camino se encontraron conmigo, su inseparable amigo Choi Minho, yo era vecino de Taemin y el autoproclamado "cuidador oficial" de aquel chiquillo de cabellos negros y menuda figura. Todos los días repetíamos la misma operación, caminar juntos de ida y vuelta a casa sin embargo cada día Taemin nos sorprendía con algo nuevo y a mí en lo personal me hacía quererlo de forma intensa, desinteresada, buscando únicamente ver su hermosa sonrisa. Creo que esa época fue en la que más lo quise, un cariño completo, con todo lo que entiendo que puede querer alguien con 10 años.

Hoy puedo decir sin temor a equivocarme que me gustaba mucho Taemin, claro, que en ese entonces todo venía en otros nombres, desde "amarlo en secreto", hasta vivir con la confianza en que él también me amaba tras de esos ojos risueños, puedo resumir esas épocas con tres palabras ciertas como que el sol sale cada mañana "ME GUSTABA TAEMIN", durante mi tiempo de adolescente en que me esforzaba por salir adelante esa frase se convirtió en lo acostumbrado, lo repetía por las mañanas, por las tardes, por las noches y fue entonces que me di cuenta que toda mi vida se había visto envuelta por esas tres simples palabras...

Me gustaba Taemin cuando iba mirando a cualquier sitio sin hacerlo y yo caminando a su lado lo atrapaba justo antes de caer o chocar por no poner atención al camino. Me gustaba espiarlo por las noches, cuando se peinaba los cabellos negros como noches y largos como invierno... me gustaba Taemin aún a pesar de no estar cerca pero tampoco lejos... Lo recuerdo ahora y es como si no hubiera pasado el tiempo, lo recuerdo sonriendo a mi lado, contándome cómo quería cambiar el mundo, lo mucho que amaba a su padre y madre, cómo deseaba únicamente que todos a su alrededor pudiéramos ser felices. Ahora estoy riendo un poco al recordar las veces que al verlo por la ventana imaginaba que éramos mayores, que había permanecido amándole desde que llegaron a vivir al barrio hasta hacernos viejos, siempre disfrutando de su hermosa sonrisa y de su inigualable compañía.

Los días que no teníamos escuela bajábamos a jugar a la fuente de la plazuela, nos reuníamos todos los niños del barrio a corretearnos como locos, a reír con fuerza; creo que puedo decir que a pesar de las carencias que nos rodeaban, podía yo estar seguro de que felicidad no nos faltaba. A Taemin casi no le gustaba correr, en cambio siempre estaba pegado a su libreta vieja donde hacía pequeños garabatos y luego dibujos tan bonitos que podríamos decir que habían sido hechos por alguien mayor. A veces yo paraba de correr y me sentaba a su lado a verlo solamente mientras él concentrado ni siquiera volteaba a verme; un día me sorprendió cuando corrió detrás de nosotros únicamente para darme una nota y después ir a esconderse a su casa. La nota decía que yo era su amor... en ese momento sólo atine a sonreír y apretar la nota contra mi pecho, la guardé en el baúl de mis cosas especiales, cuando comencé la secundaria la leía todas las noches cayendo apenas en cuenta en lo que implicaba ser su amor... en lo que significaba que Taemin me hubiera dicho que me quería. Cuando terminé de crecer aprendí a desechar la posibilidad de volver a encontrarlo y olvidé la felicidad que me daba recordar esos besos que robé a Taemin porque lucía tan lindo mientras miraba el agua de la fuente que no podía resistir no besar sus mejillas regordetas y de un leve tono carmín. Ahora que soy un hombre lo rememoro con nostalgia y con felicidad, con la importancia que tuvo en mi vida, le recuerdo dulce y triste como sus lágrimas y sus besos de mejilla y de infancia...

Me gustaba tanto Taemin que aun no comprendo por qué tuvimos que llevar caminos separados... Todavía recuerdo cuando murió su papá y se lo dijeron, cuando en la sorpresa que le causó la noticia soltó el llanto y a la misma vez el cuaderno que llevaba en sus manos, fue la primera y la última vez que le vi llorar, su hermano lo abrazó fuertemente para consolarlo, pero él se separó y corrió a mi lado, sus lágrimas mojaron mi playera, pero su tristeza logró traspasar hasta mi corazón, me dolía escucharlo suspirar tratando de controlar su sentimiento y de articular palabras sin lograrlo. Aquella tarde fue sólo la antesala de todo lo que vendría, la plaza quedó en silencio y tirado el cuaderno de Taemin donde decía que me amaba, que me amaría siempre y cuando yo le amara y que ese amor fuera eterno como el sol que nos alumbraba cada mañana... Después de todas las ceremonias fúnebres ocurrió la tarde más gris que tuve en mucho tiempo: A Taemin se lo llevaron a vivir con sus abuelos. Dejó de ir a clases con su hermano, dejé de abrazarlo en los días lluviosos, Taemin se me fue lejos, mucho más lejos de donde se fueron todos los sueños que vinieron desde entonces; sueños de encontrarlo, de tener una vida a su lado y hacerlo feliz...

Megustaba Taemin... Me gustaba para pasar toda la vida a su lado... 

AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora