1° Mi Vida Comienza

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Lo Narra Amy

Hoy era el día de ir a clases

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Hoy era el día de ir a clases. Mi fatídico primer día en un nuevo instituto. Lo que significaba nuevas amistades, nuevos problemas, nuevos enemigos.. Es decir, que mi vida volvía a empezar de cero.

- ¡Hija, hora de despertarse! - dijo mi madre entrando rápidamente a la habitación.

- Mamá, por un día no pasa nada- dije con pereza tapándome la cara con la manta mientras mi madre comenzaba a abrir las ventanas.

- Hija, pero hoy es tu primer día y, si no vas, te voy a castigar estudiando - añadió seriamente.

- Vale, mamá - asentí obedeciéndola para evitar un castigo innecesario.

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Cuando llegué al instituto todo era diferente. Estaba tan nerviosa...

Mi madre me dejó en la entrada del colegio y entonces bajé del vehículo con los nervios a flor de piel. Empecé a caminar hacia la entrada del instituto intentando aparentar tranquilidad e intentando, en la medida de lo posible, evitar llamar la atención. Sí, lo sabía. Era la chica nueva y, tarde o temprano, me convertiría en el tema de conversación de la mayoría de grupitos del lugar.

De repente observé como una chica rubia empezaba a aproximarse hacia mí. Bueno, lo que faltaba. Parecía la típica niña de papaíto dispuesta a irradiar a los demás con sus estúpidos discursos sobre la moda. Pero, ¿y si me equivocaba? Nah, su forma de caminar ya lo decía todo. Estaba cada vez más cerca y yo cada vez más nerviosa. "Tranquilízate, Amy. Intenta aparentar normalidad. Estas víboras huelen el miedo a leguas".

- Hola, soy Sarah - me saludó.

- Yo soy Amy.

- Me gustaría decirte que estoy encantada de conocerte pero no creo que fuese totalmente sincera. Siento mucho por lo que estás pasando.

-¿A que te refieres? - quise saber.

- Pues hija, que debe ser horrible llevar esas fachas. Pero no te preocupes. Si algún día, a lo mejor, llegas a formar parte de mi club de amigas quizá te preste algo decente para ponerte.

- ¿Sabes? no me hace falta usar tu ridícula ropa. Prefiero la mía, que no es de pijas.

- Parece que tu mal estilo combina perfectamente con tu mal humor. Tranquila, te comprendo. No eres la única que me tiene envidia. Nos vemos, honey.

Sarah se fue riéndose con sus amigas. Vaya, mi primer día y hablando con la peor escoria del lugar.

Aquel prototipo de chica rubia descerebrada me caía como el culo. Era tan extremadamente chula que me daban ganas de arrancarle los pelos.

Después de hablar con Sarah me dirigí a mi aula. Mi primera asignatura era literatura.

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Sueños de InstitutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora