Cartas para el rompe-corazones

Intenté

Holi rompe-corazones:

Dios no paro de hablar de mi madre, y otra vez, ella era una buena madre, antes del accidente.
Cuando murió, mi padre se casó con otra mujer, la imbécil que me hizo caer en depresión, la depresión que me hacía no parar de pensar en lo que los demás pensaban de mi, todos hablaban de mi y de ti, y pensé que dejarían de hacerlo si cortábamos, pero no, solo conseguí que hablasen más.

Volviendo a lo de la malvada madrastra, te diré lo que ella me decía exactamente:
Todo empezó cuando me comenzó a repetir una y otra vez que no importaba lo que tenía en la cabeza, solo mi cara, la ropa que llevaba y todo eso. Que me tenía que comportar siempre igual, que la única diferencia sería el escenario en el que estaba.

Juro que empecé a pensar que la próxima vez llevase la corona sería sin que se me cayese, que agradaría a todos que estaría siempre guapa, pero la belleza duele y mucho, también pasas hambre, mucho, solo porque una persona importante dice que cuanto más delgada mejor, pero, tu nunca sabrás cuánto tiempo estuve sin comer nada más que dos barritas energéticas, una para desayunar  y otra para cenar, solo eso.
La belleza hace que hasta lo peor brille como un diamante, para luego, tiempo después darte cuenta de que era falso, comprado en cualquier mercado barato, también descubrirías que es demasiado frágil, y como has podido adivinar, yo era ese diamante.
Y solo te voy a decir una cosa, la perfección es el cáncer de una nación, es como una enfermedad, muy pocos la superan, yo, por ejemplo no lo hice, no la superé.
¿Sabes como distinguir a alguien que si que la ha superado? No es fácil, hay que buscar personas a las que no les importan las críticas, y pensarás que es fácil, encontrar a esas personas lo es, pero esa no es la única regla que tienes que tener pasa superar la enfermedad, tampoco tienes que llorar al llegar a casa, ahí es donde fallaba yo.

No puedes arreglar con maquillaje lo que no ves, el alma, y eso sí que necesitaría realmente una cirugía.

Todo esto es mi culpa, por creer en lo me decía esa mujer sin acordarme de lo que decía mi madre, intentando ser otra persona que no soy, intentando ser como las chicas que te gustaban, quizás por eso nos distanciamos.

Att: la chica que no superó la enfermedad de la perfección.