•Final Uno•

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Este originalmente iba a ser el final para SD pero decidí poner el otro como verán, será cortito porque iba a ser como un epílogo, un día de estos publico lo que seria la adopción de Raphael Lightwood–Bane :3

Y tal vez, para este tiempo, el fic ya este en el olvido de los dioses y de ustedes. :'v 💔

En fin, disfruten. C:

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Después de escuchar el parloteo de Simón en chillones, Magnus y Alexander se retiraron tomados de la mano, en un portal.

Y esta vez, Alexander termino maravillado.

—Extrañe este lugar...

Alec se paseo por la pequeña sala, oyendo con claridad los pasos temerosos de Magnus hasta que recayó en el balcón, Alec le siguió.

—Magnus...

—No lo digas, se que hay muchas cosas que explicar, decirte y contar; explicarte más que nada, cosas por las que tienes que entender y te juro que sabrás todas y cada una de ellas en el futuro si decides quedarte conmigo...

—Lo que se sabe no se pregunta, Mags.

Magnus sonrió levemente, tomando temeroso la muñeca de Alexander viendo allí todavía la pulsera dorada. Alec capto la idea y Magnus lo hizo, con cuidado ese brazalete fue retirado y enviado con magia al lugar más remoto posible. Magnus sonrió.

—Hay tiempo para todo lo que desees saber.

Alexander rió amargamente:—. De tu parte hay tiempo de sobra, eres inmortal, yo no.

—Ahí te equivocas, ya no lo soy.

—¿Qué?

Magnus suspiro, una ventisca ligera hizo temblar su cuerpo y Alexander sin dudar, lo abrazo:—. Al devolverme las memorias, deje de ser algo celestial como mi madre, una larga historia, al devolvérmelo esa parte inmortal se fue por otra mortal, no comprendí mucho el proceso pero el punto, Alexander, es que no tendrás la pena de verme vivir y nunca envejecer y yo la pena de verte morir, porque si tú mueres ten por seguro que yo te seguiré.

Alexander lanzó un suspiro en un sollozo, volteo el cuerpo de Magnus y atrapo sus labios con los suyos, saboreando el dulce sabor del brujo, sus manos descendieron de su cintura y juntarlos. Besos suaves repartidos alrededor de su rostro; frente, mejillas, mentón, párpados, labios. Todas y cada una con extrema delicadeza y devoción.

Magnus fue el primero en separarse. Alejándose del balcón hasta caer en un sillón de la sala de estar. Alec lo siguió con premura, en silencio y atento. Casa movimiento que Magnus profesaba deleitaban a Alexander.

Alec ahogo un jadeo cuando Magnus empezó a llorar en silencio.

—¿Que pasa?

Magnus negó levemente, en una sonrisa rota que destrozo el corazón del Lightwood.

—A veces me pongo a pensar en la ocasiones que pude haberte dicho la verdad —. Se inclino más al tacto de Alexander contra su mejilla —. Haber evitado todo esto de la boda. Que me vieras asesinar a quienes algunas vez fueron personas de este mundo. Haberte evitado el dolor de las mentiras dichas por mis labios.

—Oh, Magnus —. Alec sonrió de lado, arrodillandose frente a él con sus manos sobre las de Magnus, obligándolo en silencio a mirarlo —. Aunque me hayas dicho la verdad tenias razón, no te iba a creer —. Expreso con sinceridad —. A pesar de todo mi inmenso amor hacia ti, no lo iba a hacer...

Magnus sintió unas lágrimas caer de sus mejillas sintiendolas saladas en sus labios cuando lo tocaron.

—Pero volví a ti; y tú, volviste a mi. Todo el dolor que pase, en tan pocos días fue inmenso, jamás había sentido algo así. El sentimiento incesante de caída sin que nadie lo detuviese a menos que fuera la persona amada quien lo hiciera, quien tomara una vez más mi mano y me enseñara el camino correcto, a ser libre y ser yo mismo y no someterme ante lo que los demás querían. A no someterme a que me alejaran de ti —. Magnus sollozo un poco, Alec sonrió de lado —. Cuando te vi en camino al altar donde condenaria mi vida, juro que estabas más que perfecto. Esperanzado, esperando algo al igual que yo. Cuando hablaste con Henry allí, supe que el que debía hacer algo era yo. Porque tú, Magnus Bane, ya habías sacrificado demasiado por mi. Y ahora, que se que no eres inmortal, que tendremos una vida, ahora que tú y yo viviremos casi la misma cantidad de tiempo, supe que el que debía ir a por ti en mi boda era yo. Que quien debía de besarte en frente de todos ellos era yo. Que quien debía de estar a tu lado por y para siempre soy yo. Y quien por sobre todo, quien te amará como si su vida dependiera de ello, seré yo.

Magnus sonrió; brillante, hermoso, enamorado. Alec lo beso, con profundidad y amor, sus labios moviéndose a la par del otro, saboreando cada instante, cada ja del ahogado y cada estremecimiento maravillado.

—Magnus...

—¿Si, mi Alec? —. Susurraban entre labios, a mínima distancia salvo para respirar cerca del otro.

—Magnus —. Expreso mas firme, alejándose un poco de un Magnus maravillado. La determinación en sus ojos azules dieron un escalofrío de pies a cabeza —. Magnus Bane... Se que es algo prematuro, pero no encontraré otra ocasión mejor para preguntarte esto pero... ¿Te casarías conmigo, Alexander Gideon Lightwood?

Magnus suspiro ahogado, sintiendo con claridad como las lágrimas agolparse en sus ojos marrones nuevamente, pero esta vez, la felicidad era la causante.

—Oh, dios, si —. Jadeo en sonrisa —. Siempre será si para ti, mi Alexander —. Beso su boca, saboreando su aliento.

Alexander lo estrecho en sus brazos, acariciando su espalda en movimientos circulares mientras repartía besos por si cabeza. Magnus juro, que en mas de ochocientos años, nimca habría habido un lugar tan cálido y perfecto como cuando lo estaba ahora, en medio de la persona amada, quien lo amaba con cada fibra de su ser. Con quien en un futuro cercano seria su legitimo esposo. Con quien compartiría el resto de su vida.

Y eso, para Magnus Bane, fue la ocasión mas perfecta en su vida...

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Espero que les haya gustado este final uno :'v

Por esto, agradezco a mi hermano por ayudarme en elegir los finales.

Nos leemos en otros. :3

—Allex—



Settle Down |Malec-AU|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora