El caso de Tsuna

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Un suspiro escapó de los labios de la única persona en esa habitación, un silencio ensordecedor lo acompañaba.

Tsuna miró hacía su anillo, el lugar donde residía el espíritu de Giotto di Vongola, creador de la mayor organización de la mafia que antes de ello fue un grupo de vigilantes...que vueltas daban la vida, un grupo tan simple pasó a algo complicado y peligroso, perdiendo su objetivo inicial con el paso de los años.

Una sonrisa escapo de los labios del castaño al recordarlo, en verdad su antepasado le parecía alguien admirable por crear un grupo para proteger al más débil pero en este momento...estaba preocupado, realmente preocupado.

Byakuran los había derrotado en su prueba de elecciones y gracias a Yuni habían podido escapar de darles los anillos Vongola pero había un problema, que debían despertar el máximo poder de sus anillos, algo que solo iba a ocurrir si sus antecesores lo deseaban y les demostraban que eran dignos de su herencia. Pero... ¿Y si no lo eran? ¿Y si los rechazaban? Entonces no serían capaz de usar ese poder, iban a estar perdidos...todo iba a desaparecer, morirían y el mundo acabaría en manos de Gesso...recreándolo a su gusto después de destruirlo por completo.

Un escalofrío de pánico y terror lo recorrió de pies a cabeza, recordando como en ese oscuro futuro todos los arcobalenos habían muerto, un mundo de caos y miedo reinaba.

El castaño se encontraba tan metido en sus pesimistas pensamientos que no se percato de que su anillo brilló durante unos segundos antes de que tras él empezará aparecer una llama anaranjada, digna del tamaño de una persona para al desaparecer dejar ver al Primo Vongola, quién con sus anaranjados ojos observaba a su tátara tátara tátara nieto, uno que mostraba una mueca de preocupación y angustia.

Durante algunos minutos Primo espero que el castaño se diera cuenta de su presencia, algo que parecía no notar mientras el rubio observaba los gestos y reacciones del más bajo, dándose cuenta de lo expresivo que era ese chico pues no solo sus ojos mostraban a la perfección todos y cada uno de sus sentimientos sino que su propio cuerpo se movía acorde a estos, relajándose o tensándose, poniéndose a la defensiva en algunas ocasiones para después estar como si nunca hubiera estado frente a un mal pensamiento...era un chico curioso, de eso no le cabía ni la más mínima duda.

Cuando transcurrieron diez minutos y el castaño seguía sin dar signos de haber notado su presencia decidió hacerse notar, acercándose de forma lenta hasta estar prácticamente pegado a la espalda contraria, tragando algo de saliva para comenzar a hablar en un pequeño susurro directamente en el oído del más bajito.

- Deberías de prestar más atención a tu alrededor...Tsunayoshi. Llevó un buen rato observándote

El castaño sintió un escalofrío surcar todo su cuerpo cuando un caliente aliento choco contra su piel, percatándose en ese instante de que no estaba solo. Con un sonrojo ante esto salto de su sitio, girando para ver a una de las personas que ocupaban sus pensamientos inclinado, justo sobre el lugar donde estuvo no hace mucho tiempo. De forma lenta se puso recto en su sitio, la seriedad no abandonaba sus facciones y a pesar de ello se notaba lo fuerte y alto que era, un cuerpo que murió hace cuatrocientos años y sin embargo en ese momento se le mostraba frente a él como si fuera de esa época, como si existiera...uno del que estaba seguro más de una mujer y hombre se hubieran muerto por ver e incluso cuando Primo se encontraba vivo debió tener muchos pretendientes...definitivamente su tátara tátara tátara abuela tuvo mucha suerte de haber conseguido que el rubio se fijará en ella.

- Estoy aquí para hablarte de la prueba, advertirte que deberás demostrarme de lo que eres capaz por tu familia. No le daré mi poder a cualquiera y si siento que no eres digno de ella no te lo daré.

El caso de TsunaWhere stories live. Discover now