fourty three

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A lo largo del aeropuerto, el joven de cabello rizado seguía con una mezcla de ansiedad y anticipación al abogado, quien avanzaba con un paso decidido. Era la primera vez que el adolescente se embarcaba en un vuelo, y aunque la emoción de la aventura lo invadía, el nerviosismo de subir a un avión era palpable.

—Deja de morderte el labio, te harás daño —lo reprendió el hombre de ojos azules, echándole una mirada de reojo. La calma en su voz trataba de contrarrestar la inquietud del joven— te prometo que nada malo sucederá.

—Ojalá eso fuera suficiente para tranquilizarme. Además, tú ya estás acostumbrado —respondió el joven, su voz cargada de inquietud.

La conversación se interrumpió momentáneamente cuando la agente de la aerolínea solicitó los pasajes. Tras entregar los documentos, continuaron su diálogo.

—Todavía me pregunto cómo lograste conseguir un pasaporte para mí —el joven miró al abogado con una mezcla de curiosidad y desconfianza.

—Si tu preocupación es por la legalidad, te aseguro que todo se hizo dentro de los parámetros legales —replicó el abogado con un tono tranquilizador— tengo amigos y contactos en los lugares adecuados.

—¿Te imaginas tener sexo en el avión? —el abogado giró la cabeza con una expresión que parecía más un exorcismo que una reacción, y el joven soltó una risa nerviosa— es una broma, claro. Aunque si quieres, no es del todo una broma.

—No planeo ir a la cárcel por eso. Tendremos tiempo de sobra para disfrutar de nuestra intimidad —respondió el abogado con una sonrisa juguetona, mientras se encargaba de colgar su equipaje de mano.

Con las mochilas colgadas en los hombros, se unieron a la fila de pasajeros que esperaban ingresar al avión. El proceso de embarque fue relativamente rápido, y pronto se encontraron en sus asientos.

El joven sujetó la mano del abogado con firmeza cuando se acomodaron. Su respiración se volvió irregular al escuchar los ruidos del avión preparándose para el despegue. El abogado, con una mano libre, conectó sus auriculares al celular.

—Toma, esto te distraerá un poco —dijo mientras le entregaba un auricular. El joven lo tomó de inmediato— vas a escuchar mi mejor playlist.

—Lo decidiremos después —murmuró el joven, mirando a su acompañante con una mezcla de gratitud y nerviosismo.

El abogado optó por no responder, sabiendo que discutir sobre sus gustos musicales no llevaría a nada bueno.

—Disfruta del viaje en primera clase —susurró antes de subir el volumen de la música.

the auction (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora